Reseña: «La piedra de cristal» (R.A. Salvatore)

¿QUÉ ES LA PIEDRA DE CRISTAL?

Según la editorial:

Akar Kessell, un ambicioso aprendiz de mago que ha asesinado a su maestro, encuentra por casualidad, enterrada en la nieve, la Piedra de Cristal, un objeto perverso, perdido durante miles de años y poseedor de un poder casi infinito. La Piedra utiliza a Kessell para su proyecto maléfico y le inspira la idea de crear un ejército todopoderoso para conquistar Diez Ciudades, un grupo de poblaciones que viven de la pesca. Kessell reúne a sus huestes de mostruos y las lanza al ataque.

Sin embargo, los habitantes de ese lugar no están dispuestos a dejarse dominar y les plantan cara de acuerdo con Bruenor, el herrero enano; Wulfgar, un joven bárbaro; Drizzt Do’Urden, un elfo oscuro que ha renegado de las malvadas costumbres de los de su raza y vive a la luz del sol en lugar de habitar en las profundidades de la tierra; y, finalmente, con Regis, un halfling ladrón y oportunista pero de gran corazón.

¿CÓMO ES LA PIEDRA DE CRISTAL?

En las series de televisión con temporadas de más de 20 capítulos suele haber bastantes episodios que no son relleno, son importantes, avanzan, interesantes por sí mismos. Pero son pausados lejos de los grandes cliffhungers y del no poder respirar. Simplemente es que no necesitan ni quieren el ritmo frenético, no es el objetivo.

Son, en suma, una aventura que hace crecer el mundo y los personajes. Momentos para lucirse, un poco de trasfondo, una aventura contenida.

Y así es como tenéis que pensar en este inicio de Drizzt.

Dicho esto, para hablar de La piedra de cristal tenemos que centrarnos principalmente en dos apartados y en cómo se entrelazan. El primero es la ubicación y el segundo son los personajes.

La historia nos sitúa en la zona de las Diez Ciudades, enclave en medio del un tanto inhóspito y frío Valle del Viento Helado. Los nombres lo dicen todo, sí. Adoro los nombres de Reinos Olvidados. Como habéis podido ver en la sinopsis, el lugar corre peligro por parte de un malo un poco arquetípico, una amenaza genérica fantástica que requiere de los habitantes unirse y enfrentarse a la amenaza.

Y ahí, por supuesto, es donde entran los personajes.

La piedra de cristal es ua historia sobre marginados, proscritos, antisociales y gente muy gruñona. El lugar sirve como metáfora para los carácteres y, al final del día, por mucho que lo que todo el mundo va a recordar de este libro es Drizzt, el protagonista es el Valle, la figuración del sitio.

Incluso si queremos obviar eso y centrarnos en el grupo principal, es difícil decir que entre ellos el protagonista sea Drizzt. Es una novela coral, pero tampoco es que otros personajes tengan el mismo peso.

El centro es, sobre todo, un joven llamado Wulfgar. Y parece que, en algún momento de su concepción, esto debió estar planteado como la típica historia de mayoría de edad del héroe. La gestación del salvador.

Wulfgar pertenecía a un enclave de humanos bárbaros que estaban enfrentados a la gente de las ciudades. Clásicos temas de guerra, soldados y honor. Siendo apenas un crío pierde una batalla y termina creciendo en ese mismo ambiente que detestaba. El encargado de su nueva educación y padre adoptivo es otro de los protagonistas, un enano llamado Bruenor.

Bruenor es el enano que tenéis en mente en cuanto digo la palabra enano. Su prototípico mal genio no sería demasiado notable si no fuera porque la ternura que siente por sus críos es maravillosa.

Y sí, digo críos en plural. Es que en La piedra de cristal tenemos una pitufina, Cattie-Brie.

Para mí uno de los principales fallos de esta novela es la escasez de personajes femeninos y el trato al conjunto de mujeres que se menciona. Es algo que va cambiando a lo largo de la saga, en especial porque Cattie-Brie aquí donde la veis se va a convertir en fundamental para la historia poco a poco. No digo que después vaya a ser perfecto, ojo. Pero cambia sin duda.

En este momento solo la tenemos a ella de fondo, existiendo porque si no sería raro, y un grupo de señoras a las que les han lavado el cerebro y terminan siendo un harén para el malo. Salvatore se lo podría haber ahorrado, qué queréis que os diga.

Sé que esto no es un problema para muchos, pero para mí lo es. No es que haga que no disfrute la novela. Es que, sin entrar en concepciones más profundas sobre el papel de la mujer, me parece bastante ridículo. Y si me quiero leer una historia de gente haciendo cosas imposibles en poses épicas no quiero que sean ridículos en este sentido.

Entre las cosas también más complicadas en las que podríamos entrar es en los dos tipos de civilizaciones humanas y el historial al que podemos acudir si formulo la historia de Wulfgar con otra palabra, reeducación. No voy a definirlo paso por paso por spoilers, claro. Pero como os podéis imaginar la idea más importante es que todos nos apoyemos, no discriminemos y todo lo demás. No tiene un mensaje malo y no dice que las ciudades sean mejores. Es obvio que a Wulfgar le hace mejor persona. Eso no quita que este es un espacio peliagudo. Tanto que no me siento capacitada para deciros mucho más que que esto existe y que es todo un tema.

Pero bueno, me recoloco. Wulfgar y nuestro enano Bruenor.

Bruenor quiere lo mejor para su no tan niño y le manda con un tremendo martillo, que él intenta defender como una tontería, a que aprenda un poco de Drizzt.

Drizzt es un explorador, tiene dos cimitarras, una pantera mágica. Es serio, seguro de sí mismo, épico en todos los buenos sentidos. Como es un elfo oscuro todo el mundo desconfía de él y sin embargo Bruenor le adora y el sentimiento va de vuelta.

Las cosas luego se van colocando de otra manera, o así lo recuerdo yo. Hace muchos años de la anterior vez que estuve con esta saga y estoy lejos de haber llegado a por donde va ahora. Pero en este momento se disfruta muchísimo esta especie de custodia compartida, las bromas y los tópicos.

Aquí el personaje aún no es todo lo que va a ser. Puede pareceros una barbaridad y, os aseguro, que aún así lo va a ser más. Pero está claro que destacaba desde el principio.

No es que sea original per se, en esto podemos entrar otro día. Pero es diferente al resto de personajes de la historia. Es un músico de los ochenta en estética, un dramático especial de los que una parte grande de nosotros quiere tener cuando juega a rol.

Si yo hubiese escrito este libro (que, tenéis que tener en cuenta, al final del día es un trabajo para un juego) también habría querido quedarme con él de protagonista.

Siendo sincera en un número muy grande de historias en las que se dan estas dinámicas de maestro excéntrico y noble aprendiz, yo habría hecho al primero el protagonista también.

También es que es incluso el que mejor representa el sitio en el que están. De todos los personajes es el único que verdaderamente no pertenece a la ubicación. El aislamiento que se percibe cuando hablas de norte, frío y este tipo de peligros es la esencia de Drizzt.

Si no sabéis mucho de Reinos Olvidados, los elfos oscuros o drows viven bajo tierra, son conocidos por ser asesinos sanguinarios, crueles con los demás y entre ellos mismos, y adoran a la diosa araña Lloth. Drizzt no es nada de esto, pero en cuanto los demás ven su color de piel la desconfianza es base a cualquier trato.

Salvar a la gente, ayudar y ser notorio sin duda ayuda. Pero eso no hace que al finalizar la trama él pueda volver a casa. Y parece que Salvatore debía estar bastante fascinado por esta idea.

Para que luego digan que la fantasía de antes no era política, vaya tela.

Aún nos queda otro personaje, el halfling Regis. Regis es más bien vago y tiene la mano muy larga. Le importa lo correcto y está dispuesto a los sacrificios, pero necesita un poco de ánimo para hacerlo. Sobre todo es el alivio cómico.

Se hace muy simpático y es necesario para la trama pero, para mí, queda un poco desdibujado porque su relación con Bruenor y Drizzt está un poco difusa. Él, por encima de todos los demás, es el que se queda totalmente atascado en el papel de arquetipo. No tiene nada especial en esta introducción a menos que sea la primera vez, o una de las primeras, que te encuentras con este tipo de personaje.

En cuanto a la manera en sí de escribir de Salvatore, este es su primer libro publicado. Para mí luego mejora bastante. Los diálogos le quedan un poco inconexos, un poco vacíos y faltos de significado, y eso es algo que recuerdo también en sus libros posteriores,. Es decir, a veces se sienten muy artificales. También tiene un ritmo un poco extraño, un malo que no importa en absoluto y se pierde en cosas que no importan demasiado sin saber concretar las que sí. Sobre todo, si lo vais a leer ahora vais a notar que tiene poco que ver con las modas actuales. Esto último, claro, no es ni bueno ni malo pero sí algo que os puede chocar.

Por contra, e incluso pese a haber dicho que tiene un ritmo un poco extraño, cuando se pone ágil engancha. Su mayor virtud, para mí, es que tiene un sentido maravilloso de la épica entendida como cosas que molan.

A muchos os puede parecer pueril, pero a mí a menudo me encanta ver cosas por su valor estético. Las armas están genial, la idea de la pantera es gloriosa, las frases de puedo con todo en la vida con poses apropiadas van estupendas, Drizzt es un personajazo. Es un subidón de adrenalina cuando sabes que viene una secuencia sobre que los personajes son especiales.

En conclusión, La piedra de cristal es una aventura que se disfruta mucho. Está lejos de ser perfecta, algunos de sus puntos fuertes estoy segura de que fueron involuntarios y le falta mucho por madurar. Pero para mí merece la pena descubrir a estos personajes, bucear Reinos Olvidados, abrazar las cosas un poco absurdas y adentrarse en la inmensa leyenda de Drizzt.

  • Título original: The Crystal Shard
  • Autora: R.A. Salvatore
  • Traductor: Elena Moreno Gutiérrez
  • Publicación original: 1988
  • Editorial: Minotauro
  • Páginas: 448
  • ISBN: 978-8445011089
  • Precio: 17’95€
  • Género: Fantasía urbana
  • Saga: Fábulas fracturadas 1/?


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