Gorgonas

Hace ya unos cuantos años me hice un documento de cosas importantes relacionadas con vampiros y, gracias a eso, sé que hoy se cumplen 152 años de la muerte del autor de Carmilla: Joseph Sheridan Le Fanu. También puede que le conozcáis como el que inspiró Drácula (frase que no puede faltar en ninguna edición) o el de las vampiras lesbianas, que como sobrenombre me parece mucho mejor.

Como cuando lo hago con Bram Stoker me lo paso muy bien, he decidido buscar alguno de sus relatos y conmemorar la fecha con una reseña. No ha sido difícil elegir, y es que parece bastante unánime que Té Verde, popularmente llamado el relato ese del mono, es su mejor trabajo.

Ya está libre de derechos de autor, así que lo podéis encontrar de manera legal y gratuita tanto en inglés, que así lo he leído yo, como en español. Al final de la entrada os he dejado los enlaces.

Al margen, otro buen motivo para elegir este relato en concreto es contextual, y es que, en cierta manera, está unido a Carmilla. Veréis, como ya os comenté en la entrada de esa novela corta, Le Fanu publicó en In a Glass Darkly cinco relatos con el hilo conductor de un detective de lo paranormal, el autodefinido como Doctor Metafísico Martin Hesselius. Y si os lo estáis preguntando, sí, este buen hombre es probablemente el antecesor de Van Helsing. Al fin y al cabo ya hemos dicho que el apodo inspiró Drácula ha sido ineludible a nivel editorial.

En Té Verde, un discípulo de Hesselius nos presenta una serie de cartas que el Doctor mandó a un amigo suyo. En ellas explica el inquietante caso del Reverendo Jennings, un hombre muy culto, encantador, que sin embargo ha desarrollado un comportamiento extraño que Hesselius va a intentar explicar y curar.

La verdad, me ha sorprendido para bien, pero en parte porque no esperaba mucho. Quizá es porque el último relato que leí de Stoker me dejó daño interno, quién sabe. Pero me ha ayudado a poder disfrutarlo. Es, de hecho, el estado mental que os recomiendo para abordar Té Verde, porque es en realidad bastante incongruente.

Para un relato tan corto la lista es larga. Te suelta mucha información que con el paso de los años te deja más bien fría o, desde luego, entre el resoplido, el y por qué me estás contando esto ahora, o directamente la risa. Y el autor, de manera clara, no espera que te rías. Encima los actos de Hesselius son de un irresponsable que hacen que la etiqueta incongruente se quede corta.

A la vez, como os digo, estoy sorprendida para bien. Si tengo que reducir esta reseña a ¿me ha gustado Té Verde sí o no? La respuesta, sin vacilar, es sí.

Cuando va al grano es de pronto muy interesante. Los momentos en los que el diálogo deja de ser para que se luzca el autor y trata de los personajes tienen un potencial tremendo. Entiendo perfectamente la influencia que tuvo en otros autores (desde el ya mencionado a M.R. James, Lovecraft y lo mismo hasta Doyle).

En la misma línea, cuando no te está soltando información sin más, es muy ambiental en un buen sentido. La soledad, la locura, la sensación acechante de peligro están logradísimas. Y el elemento de terror principal, el mono, es simplemente maravilloso. Hay algo en lo que nos parecemos humanos y simios que, empleado como lo pone aquí Le Fanu en una especie de desarrollo evolutivo diabólico, es espeluznante.

No espeluznante en el sentido de no vais a dormir esta noche, está claro. Quiero decir que es una imagen potente que se queda contigo.

En resumen, si os gustan las historias inquietantes, el terror victoriano o estáis buscando orígenes de la novela detectivesca os lo recomiendo mucho. En cambio, si simplemente estáis buscado un relato bueno sin más, sin intentar retrotaeros a qué significa dentro del desarrollo del género y todas esas cosas, creo que os lo podéis saltar.

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