
¿QUÉ ES MORIRÉ BESANDO A SIMON SNOW?
En 2013 se publicaba Fangirl, una novela de Rainbow Rowell que seguía la historia de Cath y su amor por las novelas de Simon Snow mientras esperaba el lanzamiento del final de la saga. Dos años después, en 2015, veía la luz fuera del mundo ficticio bajo el nombre moriré besando a Simon Snow (o, en inglés, Carry On).
Aunque Fangirl fuese el germen de esta no es necesario leer una para entender la otra. Son historias diferentes, de géneros diferentes, y Simon Snow no rompe la cuarta pared. No es un libro dentro de un libro. Cuenta solo ese supuesto final de saga y dentro del mismo libro se nos da contexto para todo lo anterior. Yo de hecho no he leído Fangirl y no me llama nada.
¿Y de qué trata en concreto moriré besando a Simon Snow entonces?
Simon Snow es el mago más poderoso del mundo, tiene diecisiete años y es el Elegido, el único que puede salvar su mundo.
La verdad: Simon es el peor Elegido que nadie podría haber elegido.
Al menos eso es lo que dice Baz, su némesis. Y Baz será malvado y un vampiro y gilipollas, pero aquí tiene razón. La mayor parte del tiempo, Simon ni siquiera puede controlar su magia, ¿y tiene que salvar el mundo?
¿CÓMO ES MORIRÉ BESANDO A SIMON SNOW?
Esto va a en terminar en llamas.
Lo más importante que hay que saber antes de empezar a leer moriré besando a Simon Snow es que parodia Harry Potter. No es la única obra que bebe, es un juego de referencias constante que pasa desde el señor de los anillos a Crepúsculo con música de Queen, pero sí es la que más importa a la hora de definirlo.
De manera más específica el sentimiento que genera esta novela por estructura, personajes y ambientación es la de ser un fanfic de Harry Potter.
Ya mencioné esto antes hablando de Crepúsculo pero fanfics hay de todos los tipos y para todos. No hay un estilo definido. Lo que sí hay es un gusto bastante extendido por poner a personajes en escenas mucho más cotidianas, con menos acción y hacerles hablar, tener momentos familiares, miradas, dos personas y una sola cama…
Ese es el tipo de novela de la que estamos hablando.
Desde la primera persona, que no se ciñe a un solo personaje, Rowell nos lleva a una historia tragicómica. Navega genial el tropo del niño mago y se baña en sus desgracias desde un tono de humor con el que pone en perspectiva los elementos más contradictorios y problemáticos de la obra de Rowling.
Quiero destacar que la autora no pretende solucionar Harry Potter. Es más bien poner otra lente sobre cosas que ya sabemos. Además en el proceso se mete a sí misma en varios berenjenales también y, para mi gusto, termina con un relativismo moral que deja con mal sabor de boca. De nuevo, esto es una visión por completo personal, Rowell nunca dice esto es lo que está bien o lo que está mal, pero mi análisis es que intentando transgredir y cruzar algunas líneas patina.
Pero, como decía, en su esencia tiene una intención mucho menos épica y más casera. De lo que trata moriré besando a Simon Snow, como os podéis imaginar por el título, es de una historia de amor que sigue el planteamiento de enemigos a amantes y nos da dos protagonistas que quizá por separado no brillan tanto pero que juntos son una explosión.
Simon y Baz son dos estudiantes de una escuela de hechicería-que-no-es-Hogwarts y que serían un reflejo de Harry y Draco. Simon es de familia pobre, vive en hogares de acogida de gente no mágica, es un elegido con un control regular de sus poderes, está semi adoptado por un-señor-que-no-es-Dumbledore y comparte habitación durante el período escolar con Baz. Este por su parte es un vampiro, o no, su familia es rica y poderosa, él es mezquino y además un abusón.
Os cuento, es raro que yo entre a un juego de enemigos a amantes cuando uno de ellos es un bully. Sin embargo Simon y Baz me funcionan a la perfección. No sabría decir por qué. Quizá porque sabemos que ha realizado acciones horribles pero son del pasado y no le vemos hacerlas en su mayoría, quizá porque sus capítulos me parecen soberbios o por la manera en la que se enfrenta a sí mismo. Pero compro lo que me da Rowell.
Si sois lectores de fics estaréis habituados al sistema de etiquetas y los tropos más famosos de los cuales ya he mencionado varios. Hay muchos y más o menos todos funcionan bien aunque hay uno con el que tengo una pequeña queja.
Y es que la siguiente que hay que destacar es que esto es un slow burn o, en otras palabras, proceso leeeeento hasta que terminan juntos. Quizá no es culpa de la autora y es que esto me suele funcionar mucho mejor en fics que en novelas pero el principio de moriré besando a Simon Snow me parece demasiado lento.
Lo único a parte de esto que he leído de Rowell son un par de capítulos de su etapa en el cómic The Runnaways pero su estilo parece el de poner todo el peso en crear grandes anticipaciones. La novela no te sorprende y lo que estás viviendo es un aumento de la carga que genera expectativas de cara a su explosión. Baz tarda mucho, demasiado, en salir. Y a partir de cierto punto la carga acumulada en Simon se me hace repetitiva.
La presentación de Baz, sin embargo, hace que merezca la pena haber aguantado.
Por otro lado esta es, como os podéis imaginar, una novela con más personajes. La verdad es que para mí ningún otro destaca. Con algunos, si hablásemos de spoilers, podríamos entrar en una larga conversación sobre el planteamiento moral y social de moriré besando a Simon Snow pero por sí mismos no son gran cosa. Demasiado estereotipados para eso. Pero claro, esa es la gracia.
Sin embargo hay otro personaje que sí me llamó la atención en un sentido negativo. Cuando empieza la novela Simon tiene una novia, Agatha, que parece romper la burla simpática del tópico para pasar a ser ridiculizada. No me gusta, no me divierte y creo que es el momento en el que mi sentido del humor choca con el de Rowell.
También quiero hablar un poco de la construcción del mundo. Al margen de los paralelos no tiene mucho destacable, sucede también en Inglaterra, no sabemos una barbaridad de la nueva versión de Hogwarts y está bien, es lo que busca. Lo que sí es diferente y me encanta es el sistema mágico. Los hechizos surgen del poder que le damos al lenguaje y los protagonistas tienen que buscar canciones, poemas o frases hechas para aplicar a las situaciones en las que se encuentran.
No es novedoso pero se siente como la broma máxima del mundo de referencias que plantea. Además destacar, con la historia que cuenta, que el nombre que le damos a las cosas importa es una buena guinda al pastel.
La broma cruel es que Simon huele como el humo
Para terminar quiero hablar un poco de la edición. Yo lo he leído en inglés así que no puedo comentar la traducción pero sí quiero entrar en las portadas. La versión española utiliza la portada de 2015 y a mí no me gusta nada. No la ilustración, que me parece bastante interesante, si no la elección a la hora de poner el título y el nombre de la autora. En general no me gusta cuando ponen el nombre del libro más pequeño que el del escritor pero en esta entre el color, la posición y la recomendación de Green me molesta.
En inglés se publicó en 2017 otra portada que, aunque también destaca el nombre de la autora tiene un tamaño y composición que me resultan mucho más armoniosos. La ilustración de Kevin Wada, que es con la que empieza esta reseña, es una delicia.
Parece que la continuación, Rebelde, ha sido publicada siguiendo esta otra línea.
¿PARA QUIÉN ES MORIRÉ BESANDO A SIMON SNOW?
Creo que este libro solo os va a gustar si disfrutáis analizando qué funciona mal en otras obras y por qué eso puede ser gracioso y el fanfiction. Sea como sea es un buen romance adolescente y ya solo con eso puede atraeros.

- Autora: Rainbow Rowell
- Título original: Carry On
- Año de publicación original: 2015
- Editorial: Alfaguara
- Páginas: 544
- Saga: Simon Snow 1/3
- Género: fantasía/paranormal/romance
- ISBN: 978-8420483948
- Precio: 17’95€