El héroe que abre puertas dobles con pelazo, el mejor tipo de héroe.
Buffy es una de mis obras de referencia, de las que me vienen a la cabeza de manera constante. Pero, incluso teniendo eso en cuenta, últimamente pienso en ella aún más a menudo que de usual. Encima a eso se sumó el anuncio de la nueva temporada y el deseo de un revisionado se ha vuelto una necesidad.
No voy a negar que también tiene que ver que hace tiempo que no leo nada nuevo terrible sobre Joss Whedon, así que tengo el espíritu un poco más tranquilo. No es que el tiempo haga que sea menos malo lo que ha hecho, es que hace que me cueste menos ceñirme al tema que quiero tratar. Me siento menos enfadada. Y eso que el fallecimiento de Michelle Trachtenberg me ha hecho volver a rumiar bastante, como si hubiera sido una alarma de recordatorio.
En fin, me desvío. Que justo digo que ahora me pasa menos y empiezo a divagar. El caso es que quería volver a verla, aprovechar para leer el remake que hizo en cómic Jordie Bellaire, y ya de paso ir haciendo entradas sobre el tema.
Hoy toca el piloto, en el que somos bienvenidos a la Boca del Infierno.
En lo personal, adoro este episodio. Tiene todos los elementos que luego la harán grandiosa. El sentido del humor tonto, la manera de reflejar lo cotidiano, lo pija y bruta que es Buffy, la génesis del grupo de amigos, misterios, un señor guapo intrigante y un final que te deja necesitando saber más.
Tiene muchos fallos, soy capaz de verlos. Pero es tan divertida que cumple de sobra con su objetivo y lo demás no me importa demasiado.
Para empezar Sarah Michelle Gellar nació para ser Buffy. Amo la mezcla entre pija, brutota, tontorrona e ingeniosa que tiene. Es oro puro. Además está muy bien planteada su lucha interna entre lo orgullosa que está de sí misma, el no querer volver a vivir todo lo anterior, y a la vez sentirse responsable si no actúa.
En este apartado, sin volverla canónica, la serie recoge muy bien los eventos de la película. No es necesario verla ni os perdéis nada por no haberlo hecho, pero es un detalle simpático.
Todo el elenco está muy bien escogido e, incluso aunque sobre todo en este inicio llega a estar bastante sobreactuado, no es algo que me saque del capítulo. A veces, incluso, colabora del punto cómico.
Por otro lado Xander, el chico cuya personalidad es pensar que el mundo le debe algo, en concreto a una mujer, es taaan desagradable desde el minuto cero. Le tengo tanta tirria, que a la vez reconozco al equipo de casting que encontraron un actor tan perfecto para el personaje que ni siquiera durante un par de segundos le veo con otros ojos.
Willow, en cambio, tiene uno de los principios que más me enternecen en un personaje televisivo y Alyson Hannigan le da el toque perfecto. Refleja la timidez, la inocencia de algunos chavales que choca muchísimo con la personalidad estándar adolescente, de manera mravillosa.
Y tres adolescentes después llega el turno de hablar del adulto mentor, una de las posiciones esenciales de las narrativas de joven adulto y que ayuda a los lectores más mayores a engancharse. Giles, nuestro bibliotecario que está fatal de lo suyo, tiene un principio bastante confuso. Creo que es el personaje que está peor escrito en el piloto. Da algunos bandazos de personalidad, no aclaran quién es, pero el actor lo hace tan exageradamente bien que se ganó su peso posterior a pulso.
Aún así, aunque él sea el peor escrito, el que más va a cambiar va a ser Angel. En el piloto solo es un chico misterioso del que no sabemos nada, pero estaban casi casi escribiendo otro personaje. Lo que pasa es que no necesariamente uno peor que el que tienen después. A mí las caras de pena de David Boreanaz me exasperan un poco.
A ellos se suma la propia ciudad, que el piloto desde el principio te la enseña como a un personaje más. Juega genial el aire general de cotidiano, ridículo y espeluznante que todo Buffy pretende y que me encanta. Tanto el instituto como el Bronze son dos de las ubicaciones en ficción a las que más ternura tengo. La entrada de Buffy a la biblioteca en este episodio es, para mí, tan icónica como Aragorn en Las Dos Torres.
Los enemigos quedan un poco desdibujados pero son lo suficientemente llamativos para que funcionen. Entiendo que es un efecto buscado aposta, además, para que prestemos más atención a qué es exactamente Buffy y cómo se forma el grupo principal.
Una queja muy grande que tengo, eso sí, es que no estoy viendo la versión original. Estoy con la remasterización en la que cambiaron la iluminación, el color y el formato de imagen. Es terrible, un insulto. Han destrozado la dirección de fotografía. Le han quitado su esencia. Me duele en el alma.
¿Vosotros sois fans de Buffy? ¿Revisionáis series? ¿Vais a ver la nueva temporada? Yo no tengo nada de fe en ella. De hecho la que han elegido de nueva directora no me motiva nada Pero ahí estaremos al pie del cañón.

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