Reseña: «Aprendiz de asesino» (Robin Hobb)

  • Autora: Robin Hobb
  • Editorial: DeBolsillo
  • Fecha de publicación original: 1995
  • Precio: 9’45€
  • Páginas: 392
  • ISBN: 9788490623114
  • Traducción: Manuel de los Reyes
  • Colección: trilogía del Vatídico (1/3)
  • Género: fantasía épica

Han pasado ya cuatro años desde que leí aprendiz de asesino pero, como he comentado ya alguna vez en otras entradas, encuentro extraño si voy a reseñar un libro de una saga no tener los previos. Así que me he puesto manos a la obra, he releído partes, reseñas, vídeos, los apuntes que dejé escritos y un resumen y con ello me siento bastante preparada para hablaros de esta novela.

La trama es bastante sencilla. Hidalgo, heredero al trono de la familia Vatídico, es conocido por sus grandes virtudes hasta que le aparece un hijo bastardo, Traspié, el protagonista de la saga y del que, en este libro, se cubre su infancia. El chico está entre dos mundos, sin pertenecer a ninguno, con casi todos desconfiando de él o señalándole como inútil. Sus relaciones familiares son como poco complicadas y solo empeoran según se va haciendo mayor y desarrollando sus habilidades.

En general no diría que es una historia de muchas sorpresas. Esto es curioso porque, como género, es una fantasía épica de intrigas políticas y suspense. Y diréis Tarsia, no puede ser una historia de suspense si no hay intriga, y yo responderé es complicado. Puede que conecte contigo más o menos, pero Robin Hobb es una gran escritora, y en concreto una que ha aprovechado las posibilidades del narrador en primera persona con una maestría digna de aplauso.

Voy a intentar explicar esto bien. La trama es muy tópica, de hecho durante el grueso del libro estaba convencida de que se llevaría unas respetables tres estrellas pero nada más. Un libro sólido pero poco memorable en resumen. Y de pronto llegó la traca final, que acelera de golpe el ritmo del libro y te da una perspectiva nueva de Traspié y de su conjunto. Es decir, no es tanto que te sorprenda como que te das cuenta de que está tan bien llevado que por momentos olvidas que un libro en primera persona es por necesidad engañoso. Que te has dejado llevar por la subjetividad del protagonista y cosas que has visto en realidad tenían un tipo de profundidad diferente.

Podría decir muchas cosas sobre este tema pero creo que Steven Erikson, el autor de Malaz, lo dice mejor que yo en su artículo How Robin Hobb’s Assassin’s Apprentice Pulls the Rug Out from Under You.

Siguiendo con el estilo de Hobb es formal y serio. No diría que sea floreado pero sí que sigue las corrientes de fantasía más clásicas a la hora de elegir cómo narrar. Cuando a eso le sumas la soledad, la tristeza, las desgracias y los animalitos sufriendo (sí, sé que aquí os ha perdido del todo a muchos) se vuelve una lectura densa. Esto no es ni bueno ni malo, depende de gustos. A mí a veces se me hace un poco pesado pero mucho menos que con otros escritores.

Como decía arriba para refrescar el libro he estado viendo la opinión de booktubers y blogs y he visto repetido algunas veces que la construcción del mundo es poco llamativa. No pienso que estén equivocados, la verdad es que lo es. Pero en este apartado está una de las cosas que más me llaman la atención a mí de la novela.

Mi Twitter ha sido un hervidero en los últimos años sobre el falso medievo en el que suele caer la fantasía épica como género. Una serie de clichés que los fans esperan y que, cuando se rompen, hacen que algunos lectores sientan que no es realista. Es decir, tu novela puede tener dragones, un ambiente europeo/británico pre América en el que coman patatas, armas sin sentido práctico, pero, por ejemplo, se espera determinada posición social de las mujeres. En cualquier caso, dejando ese tema para otro día, Robin Hobb no viene a cambiar esto. Lo saco a coalición porque aprendiz de asesino es uno de los libros de fantasía más comprometidos con el falso medievo que he encontrado.

No es una crítica, al contrario. Lo adoro.

Sé que hay muchos lectores de épica que se acercan al género por el sentimiento de maravilla. Para que aprendiz de asesino funcione hace falta lo contrario. Caes en este mundo en el que todo te resulta familiar, en el que todos los eventos, sistema mágico y construcción social son sencillos y asequibles, sin necesidad de una explicación mayor. Y es parte de lo que te hace caer en el uso de su primera persona, que no sientes que tengas que preguntarte nada más. Pero deberías.

Lo subraya, además, en la creación de personajes. Es probable que los nombres de Hidalgo y Traspié os hayan resultado llamativos. Desde luego es un elemento clave ya que los Vatídico nombran a sus hijos con las habilidades que les desean. En la realidad de la novela los personajes cumplen las características de su nombre y la opuesta. Así, por ejemplo, tenemos al ya mencionado Hidalgo, honorable pero con un hijo bastardo.

Fuera de los Vatídico los nombres siguen una idea similar. El principal es Molly. Incluso sin ser angloparlantes todos nos hacemos a la idea de una Molly, una chica fuerte y testaruda en una familia sin mucha suerte.

Aún así no todo es cristalino y el mayor misterio del libro está aquí, en el Bufón. La verdad es que prefiero no decir mucho para que sea todo una sorpresa, pero es un personaje extravagante y llamativo que, sospecho, ha sido la raíz de otros muy similares actuales bastante famosos (ahora mismo estoy mirando a Brandon Sanderson)

Luego está Traspié. No puedo decir ni que me guste ni que no me guste. Siento empatía hacia sus problemas (que son muchos, he visto a varias personas definir estos libros como Traspié sufre y similares) y me gusta que sea el narrador pero a la vez no tiene nada destacable. Es, de hecho, uno de los motivos por los que al principio veía esta novela como una estándar de tres estrellas y poco más. Me es, en general, indiferente y es una de las cosas que espero que cambie según vayan avanzando las novelas.

Y este es un tema importante, con el que quiero terminar. Sucede en la fantasía que es un género muy afín a las sagas largas. Aquí podéis ver que esto es una trilogía pero a la vez no lo es. Los demás libros de la autora comparten universo (the Realm of the Elderlings, desconozco si tiene traducción oficial) y algunos personajes vuelven a aparecer después. Así que cuando un autor se vuelve una leyenda del género a menudo puede resultar una decepción al coger el primer libro. Muchas de las características que todo el mundo alaba están ahí, pero si vas con determinado tipo de expectativas es posible que aún no las cumplan. Por lo que he ido viendo en internet a partir de aquí, en general, Robin Hobb se va volviendo aún mejor y estoy deseando verlo.

Y vosotros ¿lo habéis leído ya? ¿tenéis pensado hacerlo? ¿os gusta Robin Hobb?

Puntuación: 4 de 5.

Entradas posteriores de la trilogía Vatídico:

Asesino real (Trilogía del Vatídico 2/3)

La búsqueda del asesino (Trilogía del Vatídico 3/3)

2 comentarios sobre “Reseña: «Aprendiz de asesino» (Robin Hobb)

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