Reseña: «La búsqueda del asesino» (Robin Hobb)

  • Autora: Robin Hobb
  • Título: Assassin’s Quest
  • Editorial: DeBolsillo
  • Fecha de publicación original: 1997
  • Precio: 12’95€
  • Páginas: 832
  • ISBN: 978-8490623022
  • Traducción: Manuel de los Reyes
  • Colección: trilogía del Vatídico (3/3)
  • Género: fantasía épica

Como siempre con las sagas recordad que es imposible que no haya spoilers de las entregas anteriores.

¿QUÉ ES LA BÚSQUEDA DEL ASESINO?

La tercera y última entrega de la saga del Vatídico, trilogía con la que comienza el universo The Realm of the Elderlings y por tanto continuación de la historia de Traspié Hidalgo.

El rey Artimañas ha muerto a manos de su hijo Regio, al igual que Traspié… O al menos eso creen amigos y enemigos por igual. Pero con la ayuda de sus aliados y de la magia de las bestias emerge de la tumba, profundamente herido en cuerpo y alma. También el reino se tambalea al borde del desastre: Regio ha saqueado y abandonado la capital, en tanto el legítimo heredero, el príncipe Veraz, continúa perdido en una disparatada búsqueda que podría depararle la muerte. Sólo su regreso, o el heredero que lleva la princesa en su vientre, pueden salvar los Seis Ducados.

¿CÓMO ES LA BÚSQUEDA DEL ASESINO?

Aviso: Como mi edición es inglés las frases que he destacado las he traducido yo. Estoy segura de que Manuel de los Reyes lo hizo mucho mejor.

Para llegar aquí hemos leído dos libros que ponían la vida de Fitz siempre en un patrón constante. Todo empieza con algo dramático que da paso a un sentimiento de normalidad dentro de la tragedia y que siempre termina rompiéndose. Así crea un efecto de bola de nieve que desemboca en unas últimas cien páginas de vértigo en las que la autora te quita la venda de los ojos y te dice nada puede ser normal después de eso y nada era normal antes. Simplemente seguimos viviendo.

El paso entre asesino real y la búsqueda del asesino supone la ruptura más absoluta que se puede hacer con el status quo y, habiendo visto el patrón antes y cómo pudo saltarlo del primer al segundo libro, tenía mucha curiosidad por saber si aquí haría algo parecido.

La respuesta es no. La estructura de este volumen de tamaño considerable (832 páginas) es diferente a todo lo anterior y lleva a Traspié al siguiente paso en su relación con su familia, amigos y poderes.

O quizá no es tan diferente.

Si Veraz Vatídico vive, es el verdadero rey de los Seis Ducados.

Veréis, habar de la búsqueda del asesino es hacer una lista de opuestos o de casi opuestos. Es un libro lento en el que siempre están pasando muchas cosas. A veces parece que no tiene mucha acción y es lo que le da el tono pausado pero tiene acción a raudales. La historia se centra más que nunca en Traspié pero este es el colofón a una saga que demuestra que Traspié no puede ser el protagonista de la acción que genera. No salen mucho otros personajes pero hay muchos personajes nuevos y sabemos qué pasa con todos los anteriores.

Y, para mí, el opuesto definitivo: su definición es todo lo que no me gusta en un libro pero he amado cada página.

Pescar y arrascar orejas. Los dos motivos por los que a los humanos se les dieron manos.

Es cierto que me ha gustado menos que asesino real y que tengo algunas quejas pero es un cierre magnífico para una trilogía maravillosa. Robin Hobb ha conseguido algo que no me suele pasar y es dejarme satisfecha con las últimas páginas. Creo que en eso es en lo que resulta más difícil comprarme como lectora.

Hay tantas cosas que decir de esta novela que los pensamientos se me acumulan en la cabeza, es difícil dejarlos salir y darle orden a esta reseña. Qué obra tan compleja detrás de una apariencia sencilla y clásica. Qué de sorpresas y de momentos icónicos.

Hablando de asesino real comentaba que sé que mucha gente nunca llega a querer a Traspié como personaje pero disfrutaban todo lo demás. Creo que para los lectores que avanzasen con ese sentimiento esta puede ser una novela muy frustrante. Vaya, yo adoro al chico y aún así he sentido fuertes deseos de zarandearle cada segundo de lectura en un camino que solo ha sido cada vez peor. Pero en esto veo una parte fundamental del genio de Hobb.

Una vez que has envenenado a un hombre de paso puedes robarle, reflexioné.

Traspié evoluciona y mucho pero sigue siendo siempre Traspié. A mí me irrita bastante cuando en un libro un personaje que creías que había cambiado de pronto vuelve a hacer alguna de sus acciones típicas del principio como si eso fuese un giro. Traspié es así todo el rato pero con una lógica interna brillante. Al final todo se reduce a que esta autora hace que muchas cosas no me molesten y es maravillosa, lo sé. Pero es así.

Si fuera posible perder la conciencia cuando se está dormido, creo que me habría pasado.

Creo que tiene mucho que ver con los personajes secundarios y la forma en la que todos perciben al protagonista en contra de sus propios pensamientos y narración en primera persona. Además parte de la fidelidad y carisma de Ojos de Noche se pegan y cada vez que la frase somos manada aparece no podía evitar sentirme de verdad parte de ese equipo.

Ay, Ojos de Noche. Qué personajazo. Esta última entrega ha sido menos graciosa que la anterior, el tono no era el mismo, pero sus escenas y las del Bufón tienen momentos de pura carcajada. Entre tantísima tensión se agradece mucho.

La búsqueda del asesino es un título perfecto para esta novela. Primero porque es una narrativa de viaje (el grueso del libro trata de Traspié intentando llegar a destino, aunque ese destino cambia) y segundo porque la sensación de búsqueda metafórica es siempre inmensa.

Esta es una saga sobre familia. Familia de sangre y encontrada, ambos términos en poca paz y con mucho dolor. La de sangre es la fuente de casi todos los problemas de Traspié y la encontrada es a la que descuida y malinterpreta para poder mantener su relación con la primera y de paso su cordura. En esta dicotomía destacan muchísimo los personajes anteriores y tiene algunos momentos tan emotivos que me hacen un nudo en la garganta en cuanto los recuerdo.

Querrías que me entregase a mi rey y que sacrificase todo lo demás por él, como hiciste tú.

Pero la familia de sangre no se queda corta. Veraz y Chade son de lo mejor desde la primera y las tensiones que destapa esta novela me han destrozado el corazón. Este libro es una de esas pruebas sobre que un personaje no necesita salir mucho para ser un favorito de los fans. Además la trama cierra un círculo, no puedo decir cual, que es la vuelta de tuerca última y un elemento soberbio.

Nuestro protagonista intenta siempre encontrar su lugar entre ambas y en esta novela, como es habitual, vamos a verle fallar constantemente, a sentirse incómodo y a seguir sin entenderse a sí mismo. De una adolescencia en la que cada vez confiaba más en sus habilidades pasamos a un Traspié sin los mismos recursos, que lleva las cicatrices y heridas como un mapa en la piel y que está más perdido que nunca.

Estaba bastante cansado de que me golpeasen, pero parecía la única cosa que se me daba bien últimamente.

Para complicarlo aún más esta entrega tiene personajes nuevos que van a chocar de manera frontal con las concepciones de Traspié. La que más destaca es Starling y tengo muchas ganas de que conozcáis a ese personaje. No porque me guste, de hecho creo que Robin Hobb tiene un serio problema con las mujeres que se lanzan al cuello de Traspié, si no porque las decisiones que toma y sus repercusiones crean algunos de los mejores momentos de la saga.

Y entrando en este tema, por supuesto, hay que hablar de las mujeres. Paciencia no sale apenas pero lo que sabemos que está pasando en su vida es la guinda del pastel de un personaje perfecto. Dentro de unos años, cuando haya ido olvidando mucho de la búsqueda del asesino, sé que a ella la voy a recordar al dedillo. La manera en la que trata esta autora la posición entre bambalinas de sus personajes femeninos en el falso medievo es una de sus características más llamativas.

Por contra está Molly. Que si bien entiendo la importancia y el papel sigue sin parecerme a la altura de la construcción del resto de personajes. Además toma una decisión con ella que, aunque de nuevo me parece comprensible en las circunstancias, me hizo sentir incómoda.

En el terreno de los enemigos tenemos un Regio que es uno de los seres más odiosos de la épica. Normalmente aprecio a los malos inteligentes de planes elaborados y muchos claroscuros pero también tengo un espacio para este tipo de personajes retorcidos e ineptos. Este tipo de personas existen, es cierto que llegan al poder (bastante a menudo, de hecho) y aprecio la manera en la que Hobb distingue la moralidad entre diferentes acciones objetivamente malas.

Aún así reconozco que en el paso de la anterior novela a esta un poco del misticismo de la Habilidad se ha perdido y vais a encontrar que las reglas mágicas que enfrentan a Traspié con el resto de sus enemigos se vuelven un poco aleatorias y convenientes.

En cualquier caso, por encima de todo, cuando hablamos de personajes en la búsqueda del asesino hablamos de una serie de personas con el potencial de adorarse pero que se sienten heridas y solas y no saben cómo tratarse entre ellas. Y esto sirve también para las rivalidades y los odios y sirve bien.

Siento lástima por vosotros una vez que la vieja alcance la manada. Tiene un palo.

Con esto quería cerrar el hablar de personajes aunque queden varios en el candelero como Burrich, que tiene algún momento emotivo precioso pero en los que no quiero entrar para evitar spoilers. Pero no puedo resistirme a volver a Ojos de Noche y el Bufón.

Ojos de Noche me ha hecho llorar de emoción. Un sentimiento parecido al de cuando Heidi se reencuentra con el abuelito. Puro amor, pura belleza. Mi tropo favorito es el de familia encontrada y con este personaje me encontré buscando en Google la esperanza de vida de los lobos.

Y el Bufón, esa exploración del género y la lealtad. Madre mía. Algunas cosas podrían haber sido mejores quizá, esto se publicó en el 97, pero esta mujer es una pionera, una creadora de caminos y una creadora de personajes memorables. Este personaje nada entre lo más épico y una fragilidad y ternura que nunca me parecen despectivas. Una creación de base muy Shakespeariana que nunca abandona su extrañeza incluso cuando se nos explica más sobre él. No tiene ninguna aparición por debajo de sobresaliente.

—(…)Veo que no me queda otra opción.

—¿Les verás entonces? (…)

—Por supuesto que no. Me refiero a que voy a mentirles.

Ahora sí, paso al final.

Os vais a encontrar un final anticlimático. Esto es así. Todo parece pasar muy rápido aunque a la vez sea muy lento, los sacrificios son extraños, las explicaciones confusas y para mí no muy satisfactorias. Si en la anterior ya me había enganchado al misterio en este el misterio me dejó durante los primeros segundos decepcionada.

Cuando me repuse y tomé algo de distancia de la obra lo entendí mejor. No el concepto, no es algo profundo o elaborado que requiera darle vueltas, si no el juego. Al final me he sentido satisfecha sobre todo por la manera en la que lo ata con las últimas páginas, la rueda en la que se convierte. Como os decía arriba los finales de saga es el momento en el que suelo defraudarme pero en este Hobb consiguió ganarme.

Y repito, las escenas finales son una obra maestra.

Puntuación: 5 de 5.

Entradas anteriores de la trilogía Vatídico:

Aprendiz de asesino (Robin Hobb) Trilogía del Vatídico 1/3

Asesino real (Robin Hobb) Trilogía del Vatídico 2/3

2 comentarios sobre “Reseña: «La búsqueda del asesino» (Robin Hobb)

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