
¿QUÉ ES A MEMORY CALLED EMPIRE?
Os dejo traducido el argumento aunque, como siempre, recordando que no me dedico a esto.
La embajadora Mahit Dzmare llega al centro del Imperio Teixcalaanli de varios mundos solo para descubrir que su predecesor, el anterior embajador de su pequeña pero ferozmente independiente Estación minera, ha muerto. Pero nadie admitirá que su muerte no fue un accidente o que Mahit puede ser la próxima en morir durante una época de inestabilidad política en los escalafones más altos de la corte imperial.
Ahora Mahit debe descubrir quién está tras el asesinato, rescatarse a sí misma, y salvar a su Estación de la incesante expansión de Teixcalaan— todo mientras navega a través de una cultura alienígena que es demasiado seductora, se involucra en intrigas propias y esconde un secreto tecnológico mortal— uno que podría significar el final de su Estación y su forma de vida o salvarles de la aniquilación.
Ganó el Hugo del año 2020 y estuvo nominado al Locus y Nebula de 2019.
Si queréis leer el principio lo tenéis disponible en la web de Macmillan.
¿CÓMO ES A MEMORY CALLED EMPIRE?
Leer en vertical, a veces, es todo lo que necesitas.
El libro ya lo has comprado, ya lo tienes, ya lo has sacado de la biblioteca. La idea te interesa, la portada es bonita, todo el mundo habla de él, tú quieres saber de qué va la vaina pero no te gusta cómo está escrito. Lee en vertical, reconoce que a veces lees en vertical, espera a ver si te engancha o no y si hay partes que quieres leer con toda tu atención.
Yo empecé A Memory Called Empire por una mezcla de su portada, por su fama y porque me interesaba muchísimo la idea. El prólogo me pareció un tostón, empecé a leer en vertical y puedo decir que me lo he pasado pipa. Ha merecido mucho la pena y he sacado de esta lectura todo lo que quería sacar.
No os empecinéis con los libros y no penséis que hay maneras de ser lector superiores a otras.
Y es que, insisto. A veces leer en vertical es todo lo que necesitas. Es lo que va a marcar la diferencia entre un bloqueo lector y una buena tarde. Que te pierdas algo que te interesa o que puedas disfrutarlo.
Dicho esto toca centrarse en el tema de hoy. A Memory Called Empire. Ya os he dicho que el prólogo no me gustó nada, es un poco el anti-yo lectora. Lo leí varias veces y todas sentí que no me enteraba. Que desconectaba de manera absoluta de la manera de escritura de Martine.
El tono cambia bastante después, dejé de leer en vertical un poco y, finalmente, volví a hacerlo porque aunque me interesaba muchísimo la idea no me enganchaba en absoluto.
Esta novela es una mezcla de algo que podrían haber escrito Leckie, Le Guin o Muir pero sin los personajes de la última ni la profundidad de las dos primeras. Está en un limbo extraño de grandeza en el que, para mi gusto, no consigue explotar sus puntos fuertes.
Aún así, aunque no consiga sacarles todo el jugo posible, están ahí y son muchos.
Para empezar todo lo que no me gustó del prólogo lo había compensado con una de las mejores dedicatorias que he leído. Este es el motivo, de hecho, por el que seguí leyendo.
Este libro está dedicado a todo el que se ha enamorado de una cultura que está devorando la suya.
Sin poder compararme a lo que ha sido el proceso de colonización que han vivido otros países, muchos a manos del mío de hecho, me siento muy seducida por este concepto en la situación mundial actual. La cultura anglosajona lo permea todo, no me siento nada cómoda con cómo se enraízan algunos de sus aspectos en la sociedad. Cómo el mundo de lo económico se baña en anglicismos, expandiendo la idea de que dichas así las cosas son mejores, más importantes y más cultas, mientras esas mismas personas intentan convencerme de que la tortura animal es digna de ser preservada porque es una costumbre nacional.
A la vez, estoy completamente seducida a la ficción inglesa y estadounidense, al idioma. Creo que muchos lo estamos y creo que la manera en la que esto avance, la definición de qué es ser un imperio ahora, es materia perfecta para la ciencia ficción de corte social.
Lo que Martine nos propone es una exploración por un lado del idioma y por otro de la preservación de la memoria. Todo esto dándole la vuelta a la situación anglosajona actual para dar al lector la sensación de extrañeza necesaria para que la historia cuaje. Y creo que esta es una gran decisión.
La protagonista, aunque tiene una personalidad marcada, nombre propio y no es lo que podríamos llamar un personaje universal para que todo el mundo pueda identificarse, está sin duda diseñada para que siempre tengas las mismas preguntas que ella.
Mahit llega a una cultura que ha estudiado bastante, como todos fuera de USA e Inglaterra les hemos estudiado a ellos, conoce el idioma, ha soñado a menudo con ir allí, pero en todo momento será vista como una bárbara extranjera por los nativos.
La cultura que elige Martine para la trama es ficticia, pero también está claro que no es completamente un invento. El imperio en el que transcurre la acción es el teixcalaanli que, a nadie se le escapa, tiene un nombre muy parecido a la Tenochtitlan azteca (sobre la que los españoles construyeron México). La autora es, además, experta en Bizancio. En su entrevista a NPR habló también de que empapó la trama de otras experiencias colonizadoras como la mongola o la estadounidense.
En el uso del idioma lo que más destaca es la importancia de la poesía en la expresión imperial, cosa que en la misma entrevista podemos leer que deriva de la ya mencionada cultura bizantina. Este aspecto, en la experiencia lectora, destaca sobre todo en los nombres de los personajes.
Tor hizo un artículo sobre cuál sería vuestro nombre en el libro que podéis ojear si os interesa esto: https://www.torforgeblog.com/2021/02/15/whats-in-a-teixcalaanli-name/
Como experiencia lectora no es lo mejor, si os soy sincera. A mí no me apasionó en el momento. Pero conceptualmente le da el toque de extrañeza y sofisticación perfecto para la historia.
Creo que parte del problema es que, cuando quieres generar unas expectativas muy grandes sobre apartados como la inteligencia de un personaje o la complejidad de un tema, es muy muy fácil que no esté a la altura de la construcción. Por poner un ejemplo. Cuando G.R.R Martin escribe al personaje de Tyrion me creo su inteligencia. Cuando los guionistas de la serie de televisión se quedaron sin libros de los que tirar enseguida dejó de satisfacerme.
Aquí Martine pretende hacerme entrar en un toma y daca que se supone que está lleno de sutilezas, que es el motor de la trama política y para mí nunca fue complejo. Prueba de ello es que una gran parte del tiempo estaba leyendo en vertical y nunca perdí el hilo de la trama ni me vi sorprendida por algún giro.
Aún así, creo que el trasfondo es tan atractivo que si la autora sigue por estos derroteros puede llegar a escribir un libro que se lleve todo mi amor en algún momento de su carrera. Y es que, algo que tiene muy de su parte y que debería haberle ayudado a levantar esta parte de la trama, es un gran olfato para frases memorables.
Hay una en concreto que aparece en casi cualquier mención de la novela que encontréis en internet.
Released, I am a spear in the hands of the sun
En el otro lado, como os decía, está el tema de la memoria. La preservación de la cultura depende totalmente de los medios para preservarla, escritos, orales, si hacemos uso de ella o no en nuestro día a día. Con esto en la mano, Martine decide atar con el lado científico de la ciencia ficción.
Así aparecen en A Memory Called Empire los Imago, unas herramientas que guardan los recuerdos y procesos de pensamiento de una persona y que pueden ser implantados en otra. La idea es que las dos personalidades se fusionen en cierto sentido y se utiliza como un arma política.
Con esto entramos, pues, en el debate de qué somos las personas ¿Son estas memorias, desligadas del contexto que es nuestro cuerpo y momento, lo que nos hace nosotros mismos? ¿Cuál es el impacto cultural y religioso de un invento así?
Para este apartado no tengo mucha queja. Quizá da poco tiempo a partes de esto para perseguir una narrativa de misterio y centrarse en otra sección de personajes, pero como podéis ver es un apunte basado en que quería más del tema.
Aprovechando la mención quiero hablar un poco más de los personajes, que he mencionado ya varias veces de pasada. Aunque tiene una prosa a veces de la que no soy su lector objetivo, hubiese conseguido todo mi amor si en este apartado hubiese brillado un poco más.
Casi todo el peso, lo que tiene que ganarte, está puesto en la tensión sexual entre dos protagonistas femeninas que son, a priori y como definición, muy interesantes. Una es Mahit, la embajadora a través de la que seguimos la historia, y la otra es su enlace cultural y político.
Ha hecho las delicias de muchos lectores pero no es mi caso. Y es lo que decía antes, una construcción que no alcanza las expectativas que pone. No termino de ver la chispa en sus conversaciones, no me dan un trasfondo que me capture y les veo una evolución pobre. Son parte del decorado mucho más agentes de acción.
Esto lastra que las escenas emotivas, cuando sus vidas y las del resto de personajes están en peligro. No me tocan la fibra sensible.
En cambio, donde sí estaba creando un personaje interesante, es en la trama de las memorias que os decía que se me quedó escasa. Aunque obviamente es su personaje y su historia y seguro que le interesa, a veces parece que el carisma e interés que estaba construyendo ahí pasan casi en contra de la voluntad de la autora. Extraño, lo sé. Pero a veces pasa.
Sea como sea esta una novela debut, tiene multitud de cosas interesantes y os recomiendo que si tenéis la oportunidad le echéis un ojo. Como en el caso de Justicia Auxiliar se beneficia mucho de una lectura grupal, donde podáis comentar las ideas y cómo os sentís al respecto. Puede ser la adición perfecta a cualquier club de lectura de ciencia ficción.

- Título original: A Memory Called Empire
- Autor: Arkady Martine
- Ilustración de portada: Jaime Jones
- Publicación original: 03/26/2019
- Editorial: Tor
- Páginas: 464
- ISBN: 9781250186430
- Precio: 27’76€
- Género: Ciencia Ficción
- Saga: Teixcalaan 1/2
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