
Anne Rice siendo Anne Rice. Esa podría ser una reseña perfecta para este libro.
Primero, porque aunque sé que mucha gente ha empezado por aquí y le ha gustado, no es lo que yo os recomendaría. La hora de las brujas es un libro muy grande y, antes de meteros en este compromiso de espacio y tiempo, creo que ganáis mucho si ya conocéis el estilo de escritura de esta autora.
Puede que os gusten mucho más las brujas como concepto que los vampiros, y es cierto que este libro es mucho más pausado y expositivo que Entrevista o las historias de Lestat. Pero es que, llegando al segundo punto, además de que se enrolla como las persianas. una de las cosas que hace a la autora tan peculiar es su gusto por lo perturbador.
Todo tipo de violencia, escenas con menores que probablemente no queréis leer, incesto, racismo. Lo que se os ocurra, está. Y creo que es mucho más sencillo acercarse a esto para saber qué es lo que quieres en tus libros y lo que no desde sus narrativas más breves.
No es que sea una autora de nicho ni mucho menos, a la vista está. Pero es bastante común odiar su manera de escribir y sus historias, os lo aseguro. Y no creo que a nadie que la haya leído, incluso a los que disfrutamos mucho sus libros, esto le extrañe.
Tanto que, os voy a ser sincera, no estoy segura de que quiera recomendar esto libro.
Me siento bastante tranquila conmigo misma en cuanto a hablar de las cosas que me gustan. Sé que mucho de lo que me encanta tiene conflictos morales con mi manera de pensar, sé qué quiero defender y qué no. Sé por qué me gustan determinadas narrativas. Y sé que todo eso está bien siempre que sepa ser crítica con el contenido y esté dispuesta a aceptar las críticas justificadas a mis gustos.
Pues con las Mayfair y con qué me gusta de las Mayfair siento hasta un poco de vergüenza. Quería escribir esta entrada, me muero de ganas de hablar de este libro, quiero reseñar todo lo vampírico y las brujas de Anne Rice porque ha sido y es de una importancia excepcional en mi vida. Pero madre de dios, qué de cosas hay aquí.
En cualquier caso, en esta misma línea, Rice siendo Rice, también vais a encontrar el carisma excepcional, el estilo barroco cargado de cristianismo artístico que la caracteriza. La manera en la que hila la historia y la historia del arte con sus criaturas sobrenaturales, su descripción tan retorcida del amor. Muchos de sus personajes son inolvidables.
La hora de las brujas es una narrativa a varios tiempos. En un estilo muy similar al de Cien años de soledad seguimos la trama, como una matrioska, de una ciudad, una familia, una casa, un inicio, apogeo y decadencia.
En este caso, no obstante, vamos a sumergirnos en varias ubicaciones a la vez. Por un lado tenemos lo que pasa en Nueva Orleans en tiempo presente y, por otro, lo que les pasa fuera a los dos protagonistas, ambos en ciudades diferentes al principio: Rowan y Michael.
En Nueva Orleans está el clan de las Mayfair, al que cogemos no en el pelotón de fusilamiento como a Aureliano Buendía si no ya en plena decadencia. El huracán pasado, una casa en ruinas, una sombra de lo que fue. A Rowan la tenemos preguntándose por sus capacidades y sus orígenes, ya que fue adoptada por un pariente lejano y separada del grueso de las Mayfair cuando era pequeña. Sin explicaciones. Michael, por su parte, después de casi morir en el mar, está perdido y abrumado por la súbita aparición de un poder que le permite a través del tacto tener cierto de tipo de visiones.
El hilo conductor es la Talamasca, una organización dedicada al estudio de lo paranormal que durante muchos años ha intentado mantenerse como meros observadores e historiadores de lo oculto. Si venís de las crónicas les recodaréis desde La Reina de los Condenados, con un David Talbot que tiene una importancia radical en la vida de los vampiros. Aquí el que nos toca es Aaron Lightner, un hombre ya anciano que decide intervenir en la situación y provee un informe con lo que han podido recopilar de las Mayfair.
De ese informe no vamos a ser partícipes en forma de resumen si no de la obra completa. Es el motivo del grosor de la novela. He visto en bastantes reseñas en internet que a mucha gente le ha parecido demasiado, que hubieran preferido una síntesis. En mi caso es mi parte favorita de los libros.
Desde un pacto con un extraño espíritu llamado Lasher en Escocia en torno a 1600 hasta el tiempo presente (el libro se publicó en 1990), las Mayfair han vivido entre las bendiciones que les otorgaban sus capacidades mágicas y la maldición que suponía el trato, del que ni siquiera la Talamasca es capaz de entender su profundidad.
Es cierto que hay algunas que me parecen más interesantes que otras y que, como me pasa a menudo con Anne Rice, hay partes que yo hubiera cortado. Pero la mayoría de las brujas tiene un carisma tan inmenso que merece muchísimo la pena.
Para mí esta es una relectura. Yo ya lo había leído de adolescente y, de hecho, me gustaban mucho más que los vampiros. Había venido con la esperanza de que esta vez la historia principal, la historia de Rowan y Michael en el presente, me enganchase más.
Y es que para mí el problema principal del libro es que no soporto a la protagonista. Siento que sus decisiones son tontas cuando no egoístas, que la mitad de las veces no tiene sentido y que esconde una cantidad de estupidez nada desdeñable detrás de la excusa de mujer inteligente y empoderada.
Suena raro, lo sé. Pero es que no soporto a los personajes a los que hacen actuar de manera mezquina como sinónimo de inteligencia. A los personajes que se guardan información básica porque ellos pueden con todo, como parte de su leyenda. No es que odie esos recursos, porque a veces no están mal escritos, es que no me gusta cuando por esta razón te tienen que parecer, como decía, inteligentes y empoderados.
Cuando empieza la novela no es algo tan acusado pero, para el final, me abruma. Una parte se supone que es el influjo de Lasher, otra es que Rowan tiene esto como su personalidad. Es más, sin entrar en spoilers, en un momento del futuro de la saga su trama se junta con la de los vampiros y es que me da hasta vergüenza ajena.
Quizá sin saberlo todo hubiera visto la relectura de otra manera, pero no me puedo borrar la mente claro.
Michael, el hombre que os digo que es el otro protagonista, no es que me encante pero siento que le cogí menos manía. En el futuro, en otro libro, habrá una escena en la que os diré por qué probablemente tampoco soy justa con lo que está escrito en sí en este libro. Pero de momento vamos a dejarlo en que sin más.
Disfruto, eso sí, de navegar ciudades y casas con él.
Es un experto en reformas, vive de la imagen de la arquitectura. Y creo que, quitando la historia en sí de las brujas a lo largo de las generaciones, el paseo que te das con Anne Rice es lo que más merece la pena.
Os hablaba de la matrioska generacional y de ciudad y casa.
Como Rowan, Anne Rice es de Nueva Orleans pero pasó una gran parte de su vida en California. La casa que tenía en Garden District fue la inspiración para el hogar familiar y os recomiendo muchísimo que le echéis un ojo a las fotos de su página. Tiene una nueva web en construcción, pero espero que dejen estas maravillas o sigan dejando acceso a esta versión de la página, porque es maravilloso ver esta ciudad de Luisiana a través de los ojos de la autora.
Todo en La hora de las brujas es sobre un reencuentro con el hogar y con los fantasmas de tu familia. Con cómo lejos puedes estar a salvo pero todo te llama a esa turbulencia que es lo que ha hecho tu carácter, con cómo una gran parte de tu personalidad puede atarse a un sitio específico.
Además es la herramienta principal de Rice para crear el desasosiego y el terror.
A mí el primer capítulo, la presentación de Deirdre Mayfair y de la casa, me parece de diez. Como un relato corto funcionaría a la perfección también. Es tenso, enervante, bien construido, triste. Para mi gusto es de lo mejor que ha escrito.
No mantiene ese nivel todo el rato y, durante mucho tiempo, el terror puede brillar por su ausencia. A veces cae incluso en lo ridículo. Sobre todo el final de la historia, aunque tiene momentos brillantes, flojea bastante por una serie de decisiones bastante tontas. Lasher, en mi opinión, no está a la altura de lo muchísimo que escala la novela. Es un poco anticlimático.
En general os anticipo que en ese aspecto, por lo que recuerdo de mi adolescencia, empeora en los siguientes libros.
Por otro lado, entre mis mayores pesares, está que no sólo no he conseguido engancharme a Rowan en esta relectura. Es que mi personaje favorito, y motivo de que hasta me de vergüenza hablar de lo muchísimo que me gusta este libro, es el único hombre que pertenece a la línea principal: Julien Mayfair.
Julien es carismático a rabiar, guapo, impactante, estrafalario. Es bisexual, pero como representación no sé qué vais a opinar de él. Casi todas las peores acciones de la novela tienen que ver con Julien pero está construido de una manera en la que es difícil no querer saber más y más. Y es, de hecho, un comentario que forma parte de la propia trama. Sus ficticios coetáneos están horrorizados y enamorados a partes iguales de este caballero que mezca inglés y francés.
Es el Lestat de las Mayfair.
No sabéis cómo habría amado un spin-off sobre él.
También os aviso de que, sobre todo cuando aparece él, seguir el árbol genealógico se vuelve muy complicado. A La hora de las brujas le habría beneficiado muchísimo estar ilustrado e ir incluyendo, según avanzaba la historia, al menos una guía. Y podréis pensar que lo vais haciendo vosotros. Es una opción. Pero os aseguro que es un trabajo grande.
En internet se han tomado la molestia de hacerlo varias personas pero si lo miráis os vais a comer spoilers muy grandes.
Sé, en cualquier caso, que con lo gordo que es ya, mi sueño de una edición que te acompañase en la lectura es casi imposible. Añadido además que, a nivel fan, Anne Rice nunca vio con buenos ojos fanarts o cualquier cosa por el estilo. Una pena inmensa porque habría enriquecido muchísimo su universo.
Por ir acabando esta entrada que está siendo larguísima y muy poco ordenada, si os gusta Nueva Orleans, el Gótico sureño, alguno de sus libros anteriores, las sagas familiares y los autores que se enrollan muchísimo poneos con la novela. El carisma de algunos de sus personajes es arrollador.

- Autora: Anne Rice
- Título original: The Witching Hour
- Traducción: Silvia Komet Dain
- Año de publicación original: 1990
- Editorial: B de Bolsillo
- ISBN: 978-8490707784
- Páginas: 1264
- Precio: 6’64€ (Kindle. Descatalogado bolsillo)
- Colección: Las brujas de Mayfair (1/3)
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