
- Título: Rule of Wolves
- Autora: Leigh Bardugo
- Ilustradora del mapa: Sveta Dorosheva
- Diseño: Ellen Duda
- Editorial: Orion
- Fecha de publicación: 2021
- Precio: 13’12€ (tapa blanda)
- Páginas: 592
- ISBN: 9781510109186
- Colección: El rey marcado (2/2). Grishaverso
— A Ravka le gusta mantener las cosas interesantes (…) ¿no disfrutas un desafío?
— Lo que disfruto son las siestas.
No tengo sinopsis para este libro. Si estáis aquí después de el rey marcado, Rule of Wolves sigue donde se quedó y se lanza a la guerra y al espionaje de cabeza. Si aún no habéis leído el principio de la bilogía no sigáis con esta entrada porque es imposible que no caiga algún spoiler para ponernos en contexto.
Qué de sentimientos encontrados tengo con este libro.
Entre Leigh Bardugo diciendo que de momento este va a ser el punto y final del Grishaverso, que el rey marcado me decepcionó un poco y que estaba con el subidón de la serie y de haber hecho todas las entradas con la guía de lectura no me ubicaba. Me costó entrar. Y me costó en parte porque ya tenía prejuicios por el anterior y en parte porque tiene todas las cosas que no me gustaron desde el principio.
Nikolai no sale mucho, la mezcla de su lado de la historia con el de Nina no me cuaja bien y además tiene personajes nuevos con capítulos propios que no me interesan lo más mínimo.
La ambientación está aquí, para mí, en sus horas más bajas. Todas las cartas están sobre la mesa, la epiciddad se desborda, pero en vez de sacar partido a las mayores virtudes de su escritura se vuelve bastante genérico dentro de la fantasía. Siento esta bilogía como un paso atrás en el proceso de escritura de Bardugo y no lo entiendo muy bien.
Con sombra y hueso la construcción del mundo quedaba como un elemento bastante secundario, sencillo e intuido en favor de una narrativa muy centrada en sus personajes. No era novedoso pero cumplía muy bien. De ahí pasó a los relatos, que empezaron a darle una nueva profundidad y crearon un mundo que ahora, de verdad, era impresionante. Todo cristalizó para la bilogía de seis de cuervos, una historia que siento original, refrescante, con una gran construcción del mundo pero aún muy centrada en sus protagonistas. Aunque Jesper no fuese mi favorito no me sobraba nadie.
Y de pronto venimos aquí, una saga donde lo más importante es el mundo y la política y hay algo que no me termina de cuajar. A veces es como si en vez de leer un libro de Bardugo estuviese leyendo una guía de cuáles son los elementos que conforman una confrontación épica.
Teniendo esto en cuenta el libro se me estaba eternizando. No es que no lo disfrutase. Siempre que cogía el libro, el rato que estaba leyendo, me lo pasaba bien. El problema es que nunca me entraban ganas de seguir. Así pues pausé la lectura, dejé pasar unas semanas y fue la mejor decisión posible.
La traca final sigue teniendo las cosas que describo arriba pero la verdad es que cumple muy bien.
En el apartado Zoya/Nikolai y esta nueva versión de la Bella y la Bestia que nos sugiere Bardugo no tengo ninguna queja. Creo que Zoya está impecable y me gusta que haya decidido introducir elementos mitológicos a través de ella. Nikolai, como decía, siento que sale poco. Pero cuando sale sus capítulos siempre son buenos.
— ¿Dónde está mi general?
— Aquí —repitió, una y otra vez.
La otra mitad con Nina y Hanne a las riendas es brillante. Sigo pensando que deberían haber sido sagas diferentes y que nunca terminan de cuajar bien juntas, pero pasa todo lo que tenía que pasar y pasa bien.
La muerte es mi don y no temo la pérdida.
El resto de personajes, bueno. Hay una trama de unas reinas y princesas que sigue con el falso Nikolai del anterior libro y que es el motivo principal de que nunca tuviese ganas de coger la novela. Era ver un capítulo de esa trama y poner los ojos en blanco. No es que esté mal, pero es que me dan igual.
Pero, por el contrario, en esta mitad/final que ya leí del tirón se introduce otro punto de vista que le hacía muchísima falta a estas novelas. Ahí tiene algunas de las cosas que mejor ha escrito Bardugo en general y creo que hará feliz a todos los fans del Grishaverso.
El fuerte de esta escritora sigue estando en lo humano. A veces parece forzado, como si tuviese que pasar porque así son las guerras, pero incluso en esos momentos las emociones son reales.
Le amaba (…). Le amaba y él me amaba a mí.
Otra cosa que tiene esta novela es un final que no es un final. No os voy a hacer spoilers, por supuesto, pero me explico. La trama de la bilogía termina y cierra bien. Sin embargo las últimas páginas te lanzan a una nueva historia, una muy importante, y es bastante frustrante sabiendo que de momento no va a haber nada más.
Terminando ya. Si os ha gustado el Grishaverso hasta aquí, compartáis o no quejas conmigo, lo más probable es que os guste. Toca bien en la nostalgia de todo lo que hemos leído, los personajes siguen siendo ellos mismos y al final eso es por lo que estamos aquí. Es imposible decir que sea una mala novela cuando he llorado y reído y he adorado, como siempre, a toda esta panda de tontorrones idealistas.
Además, mirad qué portada. El diseño de este universo siempre va a ser de mis favoritos.
Y si el destino no nos da la oportunidad, la robaremos.
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