Reseña: The Vampire Diaries. Serie de T.V. (2009-2017)

Voy a usar el nombre en inglés porque me niego a llamarla crónicas vampíricas. Para mí esas son y serán siempre las de Anne Rice. Espero que me perdonéis.

Empezamos.

The Vampire Diaries es una serie del canal estadounidense The CW que se estrenó en 2009, el año después del boom de la aparición cinematográfica de Crepúsculo. Como tantas otras historias de vampiros apareció para rellenar la demanda del mainstream con un marketing dirigido en especial a las chicas jóvenes. Su peculiaridad es que se basa en una saga de libros 18 años previa.

El espacio que pretendían ocupar era el de un producto para un público ligeramente mayor, con un empleo más explícito de la violencia y la crueldad, pero manteniendo los tópicos escolares y de personalidad que habían hecho a Crepúsculo tan popular.

La trama sigue la historia de dos hermanos vampiros llamados Damon y Stefan que, tras años de confrontaciones, vuelven a su pueblo natal y para sorpresa de nadie se enamoran de la misma chica, Elena, una adolescente huérfana.

Es una serie extraña.

Por un lado tiene unos personajes increíbles y por otro a unos personajes aburridos y odiosos como ellos solos. Otro día te salen con una trama y una mitología interesantísima, unos enemigos que ya quisieran otras series que tienen mayor consideración. Y de pronto los enemigos son ridículos, los guionistas parece que no se acuerdan de lo que ellos mismos habían escrito antes, todo es absurdo y nada tiene sentido.

Y, lo peor de todo. Tan pronto están tratando temas delicados e interesantes como te empiezan a salir banderas confederadas o no tienen la más remota idea de qué hacer con la única de sus protagonistas negra, Bonnie, que queda reducida la mayor parte del tiempo a un Deus Ex Machina bastante irritante. Un día te dan representación, al siguiente deciden acabar esa trama de la peor manera posible.

Todo lo que acabo de describir puede suceder, sin exagerar, en el mismo minuto.

Adentrarte en las ocho temporadas de The Vampire Diaries (171 episodios) es un paseo por lo mejor y lo peor de la ficción sobrenatural televisiva. Si habéis visto otras series de The CW como, por ejemplo, Sobrenatural, tiene más o menos sus mismos defectos y virtudes pero con menos sentido del ridículo. Marca de la casa.

En mi caso ha sido un flotador en tiempos convulsos y la he adorado incluso en sus malos momentos (que son legión). Ayuda muchísimo que, como buen culebrón, suela terminar los episodios con algún gancho y que no tenga prácticamente relleno. Todo avanza rápido y siempre tiene algo de espacio para el humor. He llorado, me he emocionado una barbaridad y me he involucrado muchísimo.

Aún así es difícil de recomendar.

Si tenéis necesidad de avisos de contenido, por si no ha quedado claro con lo anterior, esta serie los tiene todos. La violencia exagerada (física y psicológica) y el drama constante son sus rasgos definitorios. A veces es hilarante, a veces tiene tacto pero la mayor parte del tiempo, lo reconozco, está mal.

No pretendo que la ficción sea moralizante (aléjate de mí, Moratín) ni espero que los personajes sean bolas de luz y virtud. Y menos en una serie que tiene la violencia como uno de sus rasgos de identidad. El problema es la balanza de acción/reacción que sigue The Vampire Diaries.

Os pongo un ejemplo que no considero spoiler porque es una obviedad.

En la primera temporada Damon Salvatore, interpretado por un sobresaliente Ian Somerhalder, actúa como enemigo. Durante todos los capítulos sabes que en algún momento va a pasar al grupo protagonista porque la tensión sexual con Elena se masca en el ambiente y porque lo que de verdad importa en la serie es la relación con su hermano Stefan.

Pues bien. Durante el tiempo que dura como malo por excelencia Damon viola repetidas veces a una de las protagonistas. En este período ese personaje es tratado como una chica irritante y superficial. Cuando esto termina y Damon tiene un peso diferente los personajes que rodean a la chica actúan como si esto no hubiese sido tan terrible de manera constante.

Para más inri, la trama de ella (mi personaje favorito, de hecho) se basa en gran medida en que después ya no es la chica que se dejó hacer eso. Luego está muy bien construida y es increíble lo que hacen con ella pero el cómo y el por qué son de un mal gusto que se me quedó atragantadísimo.

A la vez siempre tienen algún personaje completamente en contra de lo sobrenatural, al que todo le parece malo, y que se me hace invariablemente insoportable. Quizá pretendían con ellos equilibrar lo anterior pero está muy mal hecho y los dos lados son muy desagradables.

Como decía arriba, mi problema no es con la violencia y la redención aunque este sea un tema complicado. Es la balanza de acción/reacción. Y estos personajes siempre a la contra de todo son insoportables porque sus reacciones no están en absoluto medidas por lo que está pasando. Su única personalidad es llevar la contraria y odiar cosas y personas.

Aún así, si os tengo que dar un único motivo para ver The Vampire Diaries, siempre van a ser los personajes. No todas las actuaciones están al mismo nivel, a veces se les nota que no les interesa en absoluto lo que están haciendo y hay cosas de guion que no podría decirlas con una interpretación espectacular ni el mejor de los actores. Pero en el conjunto el casting es excepcional y tienen tramas apasionantes.

Los creadores tienen un don para los monstruos.

Si yo hubiera tenido la oportunidad de hacer esta serie la habría hecho muy diferente, pero el esqueleto que tiene es magnífico y si buscáis una serie larga para engancharos, podéis y queréis ignorar todo lo anterior, os la recomiendo muchísimo.

En caso de que os abrume la cantidad de episodios os aviso de que en el momento en el que apareció su spin-off (los Originales) y sacaron de la serie a sus mejores personajes empieza a empeorar a velocidad de vértigo. Así que una vez pasada la cuarta temporada puede ser un buen momento para dejarla.

Si queréis echarle un ojo en España la tenéis junto a sus spin-offs (excepto dos muy cortitos llamados a Darker Truth y the Awakening) en HBO.

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