Reseña: «Rayo Negro» (Ahmed y Ward)

¿QUÉ ES RAYO NEGRO?

En 2016 Marvel tenía a sus inhumanos y a sus mutantes entre las cabeceras Muerte de X e Inhumanos VS X-Men. Esta confrontación dio lugar en 2017 a un relanzamiento de las franquicias con varias cabeceras bajo el nombre ResurrXion y, como os podéis imaginar, entre ellas encontramos Rayo Negro. Pero que esto no os importe demasiado. No es necesario haber seguido la trama para entender este cómic aunque me imagino que, por supuesto, se podrá hilar mejor todo lo que ha pasado con un mayor conocimiento.

Son solo doce grapas compiladas en un tomo autoconclusivo.

Lo que nos va a contar es la historia de Blackagar Boltagon, el silencioso rey de los inhumanos, a partir de su despertar en prisión sin, de momento, más explicaciones para el lector.

¿CÓMO ES RAYO NEGRO?

Tiene un principio impresionante. Me gusta muchísimo. Con una narración de voz en off en tercera persona nos sumergimos de cabeza no tenemos ni idea de dónde. O por lo menos yo no tenía ni idea, claro. Solo sabía que era una cárcel, que algo malo había pasado y que un personaje normalmente investido de un gran poder se veía relativamente indefenso en una nueva y desconcertante situación.

Consiguió toda mi curiosidad y empezó a entregarme momentos muy emotivos, una gran exploración de los sentimientos de culpabilidad y una colección de metáforas y mensajes como poco curiosos. Así que ahí estaba yo, en la cresta de la ola, pensando que solo iba a ir a mejor cuando, de pronto, llegó la segunda parte y se desinfló.

Pero rebobinemos un poco, hacia el momento de esplendor de este cómic en el que todo eran posibilidades y me quedé embelesada.

Rayo Negro te presenta durante su primer arco una sólida metáfora sobre el crimen y el castigo. Busca explorar el significado de la palabra proporcional y los grises en cada persona. Cómo dependiendo de la situación vas a obtener un lado u otro de lo poliédricos que somos. Consigue dar personajes muy carismáticos si bien algunos de ellos demasiado estereotípicos, sin espacio para plantear más sobre ellos en un relato que dominan Boltagon y el Hombre Absorbente.

No se escapa a esta parte de la trama que el lugar habitual de nuestro protagonista es como rey imponiendo los castigos en vez de recibiéndolos. Su parte de culpa en un sistema mucho más que falible. No llega en este apartado a romper el molde y siempre encuentro ligeramente ridícula la excusa del rey es bueno pero hay cosas que no sabía aunque, para el número de páginas y el objetivo, queda bien.

También consigue el desarrollo de Boltagon más allá de su título. El gobernante de Attilan es famoso por las capacidades destructoras de su voz, tan extremas que le han llevado a sumirse en un silencio absoluto excepto en casos de necesidad.

Fuera del ambiente real, privado de su marca de identidad, puede de pronto recuperar su voz. Aprender a hablar y a expresar sus pensamientos y deseos. Aún así, claro, reconozco que es un poco simplista reducir determinadas capacidades comunicativas a la voz, a lo verbal.

Sea como sea, en lo que al cómic se refiere, igual que con su posición como rey este es otro tópico que aunque menos profundo si lo abres a debate en el ámbito del cómic funciona.

Otra cosa que destaca de este primer período es un gran trabajo en lo épico. Frases que se pegan (ese name your crimes! repent your crimes! es soberbio) y un uso interesantísimo de la tercera persona acompañan a un apartado gráfico excelente tanto en el dibujo, en la rotulación como, sobre todo, en el color.

Christian Ward se luce. Y los números, también bajo la batuta de los otros dos artistas implicados, Frazer Irving y Stephanie Hans, tienen una calidad inmensa. Es una explosión de pintura, de lo extravagante, de colores llamativos que vuelven escenas oscuras.

Estoy enamorada desde la portada, la forma en la que la sombra de las rejas en la cara simulan un bozal.

Y esa es otra. Mandíbulas. Hay algo en retratar la vida de una persona y su perro que puede hacer que un personaje automáticamente gane muchísimos puntos. Aquí se tomaron muy buenas decisiones.

Sin embargo, por supuesto, el drama carcelario termina y empieza otra cosa.

No puedo extenderme demasiado para no hacer spoilers y no sé muy bien qué decir. No es que se vuelva un cómic horrible ni mucho menos. Es, simplemente, que se vuelve un poco anodino. Entretenido pero inconsecuente, centrado en atar cabos de una manera un poco pesada y larga. Doce grapas se queda corto para un sector y sin embargo se vuelve demasiado para el otro.

Aún así el final me gustó mucho. Para ese punto estaba ya tan dentro de este mundillo que había cosas que quería ver y me daba igual todo lo demás. Ese deseo me lo cumplió y, pese a todo, terminé con muy buen sabor de boca.

¿PARA QUIÉN ES RAYO NEGRO?

Si estáis buscando una época cerrada con la que meteros a algún personaje, que no sea un compromiso demasiado grande, creo que este es un lugar excepcional. También para explorar un poco a los inhumanos es un buen punto.

Por lo demás es un gran cómic de metáforas, excelentes gráficos y explosiones de color con una trama que, aunque sea desigual, da para mucho.

Puntuación: 3.5 de 5.
  • Guionista: Saladin Ahmed
  • Artistas: Christian Ward
  • Frazer Irving
  • Stephanie Hans
  • Título original: Black Bolt
  • Publicación: 2017-2018
  • ISBN: 978-8491675327
  • Páginas: 288
  • Precio: 25,00€
  • Franquicia: MARVEL

WandaVision: yo tampoco quiero decir adiós

Esta entrada no es una reseña y contiene spoilers tanto de la serie como del universo cinematográfico Marvel.

Tengo debilidad por los personajes que empiezan como malos pero van evolucionando hasta quedarse en un claroscuro. Y Wanda lo tiene todo, lo que pasa es que no me atraía cómo estaba planteado. Padres muertos como origen se me hizo cliché, sin más, Pietro no me llamó la atención en Ultrón y su relación con Visión estaba muy lejos de gustarme. Mi historia con los cómics fue por el mismo camino. Tanto en Dinastía de M como en la etapa de Robinson me pillé algún que otro cabreo y me pareció desaprovechada. Incluso escribí una entrada (que finalmente borré, porque no me gusta hacer reseñas enfadada) llamada justicia para Wanda.

El momento en el que supe que todo podría cambiar fue en Infinity War. La escena de la doble muerte de Visión fue la primera vez que realmente conecté con la construcción de la Bruja Escarlata, cuando el peso de todo el drama cayó de golpe en mí.

Y de pronto Marvel anunció esta pequeña joya de nueve capítulos y cerró el círculo.

Era obvio que esta serie, en el fondo, solo podía tratar sobre el luto y lo ha hecho de manera excelente. Mónica le dice, justo al final, que de haber podido ella también se habría reunido con su madre. Casi todo el mundo lo habría hecho. Wanda es una representación de nuestra ira colectiva, de la desesperación y del daño que podemos hacer con ella.

Lo primero que quiero destacar es la manera en la que la sociedad ha fallado a Wanda. Desde pequeña en la pobreza, siguiendo por el tiempo que pasa en Hydra, su aprendizaje en los Vengadores, la ruptura del grupo tras Sokovia y, al final, descubrir lo que S.W.O.R.D. está haciendo con el cuerpo de Visión. La serie nos lleva con esto a un paseo por los recuerdos de todas las veces que se enfrentó a una realidad innegable y es que, incluso estando con las personas a las que considera su familia, está aislada.

Todo esto, atado a la tragedia de la propia Agnes, la alienación de estas brujas y la intencionalidad o no de sus malas acciones, le dan un marco impresionante al personaje.

Luego tenemos el elemento más importante y el que más he amado de toda la historia. La televisión. Como decía Wanda estuvo aislada incluso cuando no estaba sola, pero siempre tuvo una constante en su amor por las series. En especial aquellas de géneros cómicos y familiares en las que la gente pertenece a una comunidad y sabes que todo va a terminar bien. En los peores momentos de su vida siempre vuelve a la certeza infantil de que hay esperanza y, aunque todo esté retorcido por sus acciones, qué cosa tan bonita es encarar el duelo con este mensaje.

Así que crea Westview a imagen y semejanza de sus mejores recuerdos. E incluso ahí está aislada, ni siquiera mágicamente puede crear aceptación. Y es todo tan triste y a la vez cómico que siento una empatía y un amor inmenso por ella. Cuando dicen que su dolor está haciendo daño a los habitantes de la zona, cuando ve como la miran, mi corazón estaba roto en mil pedazos.

Literalmente han hecho una serie sobre su amor por la teleVisión y es preciosa.

Al final, por supuesto, tiene que deshacer su magia y despedirse. Llega el momento de apagar la tele tanto para ella como para los millones de espectadores, cada uno con nuestros lutos, en medio de una pandemia, que hemos seguido esta historia.

Visión y ella se despiden diciendo que un adiós para ellos no tiene sentido y no lo tiene. Porque además un luto nunca termina, simplemente la vida continúa, aparecen nuevas series de televisión, nuevas aspiraciones y nuevos problemas. Nuevos trajes, esta vez sin escote como Elizabeth Olsen prefería. Son muchos pasos adelante sin perder todo lo que quedaba atrás.

Y creo que ese es el momento que lo define todo. Wanda no dice adiós y yo tampoco quiero.