Cuando Pinocho empieza es de noche en un entorno humilde pero idílico. Se puede ver la pobreza en el atuendo de Pepito Grillo, el cansancio y los calcetines rotos, pero ha encontrado un pequeño lugar de paz y armonía en la casa de un carpintero que canta, baila y adora a sus mascotas.
Poco después descubriremos que el hombre, Geppetto, duerme con una pistola enorme bajo la almohada. No parece que sea muy competente con ella pero la tiene. Toda sensación de seguridad ha desaparecido. Al otro lado de la puerta está el peligro.
No me digáis que no es una manera potente de empezar una película. Es toda una lección sobre cómo se hace una buena introducción en narrativa.
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