Reseña: «La reina de nada» (Holly Black)

Y llegamos al tercero, también llamado el día en el que esta trilogía fue aniquilada por su formato.

La verdad es que a mí me gustó la novela, la leí sin atascarme, lo pasé muy bien y en algunos momentos me reí bastante. A la vez es uno de los cierres de saga que más me ha decepcionado y parte de lo peor ha sido, al verlo fallar, darme cuenta de que era un problema que estaba arrastrando desde el principio. Que se agazapaba oculto entre cliffhangers esperando a saltar en el peor de los momentos.

El problema principal es que es corto. No este libro solo, la saga entera. O, depende de cómo queráis verlo, que Holly Black no sabía desenredar la bola de intrigas a través de sus personajes.

La trama política que se había estado gestando desde el principio y las personalidades de los protagonistas simplemente cambian mientras ellos están haciendo otras cosas. Aceptan a la gente que les rodea como si esto no hubiera sido una saga sobre intrigas y desvían el peso de la trama a unos enemigos que interesan más bien poco, en parte para poder plantear una secuela.

En mi opinión este es un movimiento ridículo. A la mayoría de los lectores nos habría interesado una secuela sin necesidad de hacer esta cosa que es La reina de nada.

Y todo esto de lo que me quejo no es una percepción. Es un problema literal que conlleva que algunas de las partes más importantes del universo de Faerie, sobre todo la trama de Locke y Taryn, pasan fuera de cámara.

En general, cada segundo de Taryn es un segundo mío frunciendo el ceño. No entiendo nada. Y me podría dar más igual si no fuera porque el arco que decide darle, para mí, es un agujero de bala en la construcción de Jude. Y Jude es tan tan buen personaje que se merecía mucho más que esto.

Quizá esto a vosotros os pueda importar menos. Pero seguro que vais poniendo cara rara cuando os diga que pasa lo mismo con Cardan.

De verdad, no entiendo a Black. Cómo puedes haber construido esto, llegar hasta aquí y que pueda contar sus intervenciones con los dedos de la mano. Este debería haber sido un libro sobre el final del anterior, una construcción de espías, venganzas, amor tóxico y personas un poco tontas. Pero lo que es es una guerra masiva a medio gas donde los personajes en el mejor de los casos están desdibujados ,y en el peor, directamente no importan.

Sobre todo la acción final, el clímax de la trama, me resulta ridículo. Tanto que se supone que es dramático y lo que reflejaba mi cara era un poema.

Quizá llegados a este punto os estéis preguntando por Madoc. Si habéis leído mis entradas anteriores sabréis que la relación padre/hija adoptiva es lo que verdaderamente me enganchó.

Pues aquí, bueno. Sale mucho. Más que otros por lo menos. Tiene mucho peso en la trama. Pero no entiendo por qué de pronto parece un personaje muchísimo menos profundo y muchísimo menos impactante.

Mejor dicho, lo entiendo porque como os digo veo que el fallo es el formato, el tamaño. Pero a la vez creo que, incluso entendiendo que iba a haber partes que nunca serían satisfactorias y que en realidad era previsible desde el principio, había formas mucho mejores de llevarlo.

Por lo menos que fuese un libro de espías y de intriga otra vez, no una guerra mal llena de sentimientos un poco llorosos que no pegan, para mí, nada.

Y nada es peor que la parte del clímax que os digo. Pero lo que es el final en sí le sigue de cerca. No es que esté mal, para mí, en concepto. Es que de pronto quedan poquísimas páginas y Black procede a hacer una narración tipo cuento de y entonces hicieron esto y a estos les pasó esto y colorín colorado.

Podría haber funcionado el querer cerrarlo como un cuento, al fin y al cabo es una historia de hadas. Pero en mi opinión falla estrepitosamente porque es una versión extrema del problema de toda la novela. Que para poder cerrar tramas no pasan, simplemente están ahí y se acabó.

Aún así, como decía al principio de la reseña, para mí no ha sido una mala lectura. Lo que es en sí la resolución del final del anterior me parece el giro perfecto. Es tan surrealista que aún no lo pienso y me río. Es algo que sí que les queda perfecto a Jude y a Cardan.

Jude, aunque a menudo se me haga un poco irreconocible y deje de lidiar con su entorno, sigue teniendo un monólogo interno que me fascina. Es una de mis protagonistas favoritas de literatura juvenil, de lejos. Me encanta. Y sigue teniendo momentos memorables.

Añade, además, un personaje entre cruento e irónico llamado Grima Mog, con el que la protagonista se enfrenta nada más empezar la novela. Y resulta ser una adición perfecta al tono de la saga.

Y justo el prólogo, una profecía en torno al nacimiento de Cardan, daba un aire a la novela que ojalá hubiera mantenido.

Es una pena que al final se perdiera. Quería haber amado con locura este libro y no amarlo pese a sí mismo.

  • Título original: Queen of Nothing
  • Autora: Holly Black
  • Traductor: Jaime Valero
  • Publicación original: 2019
  • Editorial: Hidra
  • Páginas: 432
  • ISBN: 978-84-17390-63-1
  • Precio: 19€
  • Género: Fantasía/Romance/Hadas
  • Saga: Los habitantes del aire – Elfhame 3/3

2 comentarios sobre “Reseña: «La reina de nada» (Holly Black)

  1. ¡Hola! Le tengo ganas a la trilogía, pero de momento no voy a leerla porque tengo otras a los que les tengo más ganas. Je, je. Una pena que no cerrara con broche de oro, pero al menos te disfrutaste el libro y la trilogía en sí. Ahora, ¡a por la siguiente lectura! 😀

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