Reseña: «El problema de los tres cuerpos» (Cixin Liu)

AVISO: En explicación a este reseña escribí un prólogo que puede leerse AQUÍ.

En una narrativa desordenada, con varios protagonistas y ubicaciones que se van uniendo poco a poco, El problema de los tres cuerpos nos presenta una trama sobre estructuras sociales, el estado de la Tierra y el papel de la ciencia en momentos históricos tensos.

El telón de fondo es la Revolución Cultural China y para ubicarnos llegamos a uno de los mejores prólogos que he leído. Un físico, profesor universitario, se enfrenta a un juicio sobre si su manera de enseñar va contra los nuevos ideales. Frente a él, unos críos. Son parte de sus propios alumnos y unas adolescentes. Solo tiene que renegar de cosas como la teoría de la relatividad, pero el hombre, pese a su precaria situación, se niega. Ni siquiera la presencia acusadora de su mujer o el horror que está presenciando su hija le frenan. Ante el desconocimiento, la violencia se desata.

A partir de aquí, en gran medida, seguiremos a su descendencia y cómo la irracionalidad humana y las pequeñas muestras de calor que reciban van a llevarlas a una decisión u otra. Y cómo este trauma generacional va a impactar en las decisiones venideras.

También tenemos a un científico especializado en nanotecnología. Con él vamos a ver el estado contemporáneo de la ciencia, una intriga política a escala internacional y el videojuego que da nombre al libro.

Yo al final he tenido sentimientos encontrados.

El principio me encantó. Me interesaban los personajes, me fascinaba el conflicto, la parte científica me parecía bien explicada y de manera amena. Sobre todo estaba disfrutando muchísimo de la parte social. Comentarios sobre una conjura a gran escala para desacreditar la ciencia, magufadas, cómo los científicos caen en ellas y cómo los prestidigitadores (probablemente en maravillosa referencia al ya difunto James Randy) son los que mejor las distinguen.

El uso de la violencia, bastante casual y frío a pesar de producirse en un contexto tan pasional, le iba como anillo al dedo. Y por momentos hacía una construcción del misterio que me recordaba a algunas de mis favoritas de Perdidos. Usar las matemáticas, la ciencia, como un caso a resolver e interesarme a mí os aseguro que no es poca cosa.

Sin embargo todo esto lo rompe desde la mitad hasta el final. Pero de manera bestial. A partir de cierto punto empecé a aburrirme una barbaridad.

Para empezar, el libro se llama El problema de los tres cuerpos en referencia a la teoría pero, sobre todo, para enseñarnos un videojuego. Está planteado como una simulación virtual en la que aparecen diferentes intentos, siguiendo personajes históricos, de resolver un problema irresoluble.

Desde que aparece flojea pero, aún así, me dio momentos bastante buenos. Sobre todo si os gustan los salseos científicos tiene alguna que otra cosilla bastante graciosa o curiosa. Pero a partir, como digo, de más o menos la mitad la manera en la que lo usa simplemente para soltarte información sin que pase absolutamente nada me supera.

Más que hasta aquí había entendido todo lo que decía pero en un punto me perdió, me aburrió y empecé a leer las explicaciones en vertical.

Pero como digo este es solo el inicio de todos sus problemas porque, en realidad, se extienden a todos sus ámbitos. La novela cierra sus enigmas y sus tramas contándotelo, para mí, de la manera más aséptica y aburrida posible. Pierde todo el ritmo, mete capítulos de personajes nuevos que como mucho deberían haber ido al prólogo del siguiente libro, las tramas de los ya existentes simplemente se paran y se pone a contarte cosas. Al final sentí que nada servía para nada.

Que la mezcla de humanismo y tecnología dejaba de ser lo relevante para dar paso a una cosa cínica, sin objetivo, desinflada. Creo que ha sido una de mis mayores decepciones literarias.

Por cierto, esta vez sí me he leído el libro en español. Dudé bastante de si coger la traducción de Ken Liu, pero al final saber que era ciencia ficción dura me echó para atrás. Si no lo iba a entender ni en mi lengua materna probablemente ya eran ganas de pasarlo mal.

Encima estaba en una de las bibliotecas a las que soy asidua, así que qué mejor.

Al final creo que no hubiera tenido problema con el inglés. El principio es bastante básico en lo científico y ameno en su construcción. Para cuando llega la mitad y se vuelve aburrido, denso y complicado ya estaba leyendo en vertical.

Pero bueno, aprovechemos a hablar de la edición de Nova.

No he visto el libro en inglés. Pero vaya mierda me parece que no tenga el argumento escrito en la cubierta trasera. Es una cosa que me enerva.

Si ya os habéis leído el libro puede que penséis que es para que el giro te pille por sorpresa. A mí me ha dado completamente igual saberlo de antes, pero es que podrían haberlo hecho sin ello. No era difícil.

En cuanto a la traducción. A veces suena raro pero como me suenan raras todas las traducciones de idiomas asiáticos. Hay un tamaño de frase, una distancia entre interlocutores, algo en el tiempo verbal, que le quita lo que para mí es naturalidad. Como digo no le culpo porque es algo que veo prácticamente siempre y no me molesta. Es poco más o menos lo que espero, de hecho.

El libro que saqué prestado era la versión grande en tapa blanda. Llevaba una traca inmensa, usadísimo, pero el encolado y el cartón aguantaban estupendos. Se abría bien y me gustaba el color de las páginas. Cero quejas en este sentido.

Cerrando ya esta entrada, si no sois los mayores fans de este tipo de ciencia ficción, si podéis conseguirlo de bibliotecas o algo por el estilo, os lo recomiendo. Esta no creo que vaya a ser vuestra excepción, el nuevo amor de vuestra vida lectora. Y es que, de lo que sí me voy a quejar, es de que incluso en su edición de bolsillo es carísimo. 14’20€ me parece una barbaridad. En general, que suban de 10 ya me escuece. Pero esa cifra ya me toca la moral. Asumo que traducirlo directamente desde el chino puede haber sido más caro, aunque no tengo ni idea. Tampoco sé qué tal trata Nova a sus traductores. Pero de una editorial grande (que tienen a Sanderson, por el amor de dios), en un libro que se mire como se mire no es grueso, es que me duele el bolsillo.

De hecho he tardado tanto en leerlo porque me negaba a comprarlo. Me llamaba muchísimo la atención pero es que, no. Y podemos hablar de inflación, del coste del papel, de que todo sube. He leído a mucho insider que si no tenemos ni idea de lo que cuesta hacerlos, que en España en realidad los libros no son caros y toda la pesca. Lo que queráis, pero es inasumible para la mayoría de nosotros. Y no, no me gasto esto en copas un fin de semana ni idioteces parecidas que les da por decir a algunos.

  • Título original: 三体; (Sān tǐ)
  • Autor: Cixin Liu
  • Traductor: Javier Altayó
  • Publicación original: 2006
  • Editorial: Nova
  • Páginas: 416
  • ISBN: 978-8466659734
  • Precio: 14’20€
  • Género: Ciencia ficción
  • Saga: El recuerdo del pasado de la Tierra 1/3

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