
Poesía elegíaca, quizá de finales del siglo sexto pero que conservamos en un manuscrito datado alrededor del 980 D.C.
The Wanderer, el que vaga, no es una obra de fantasía. Sin embargo, ha tenido una gran importancia en el género. Así que hablemos un poco de ella.Mientras la poesía épica, como Beowulf, es una exaltación en la poesía elegíaca encontramos un lamento. En este caso seguimos la historia de un guerrero que con la muerte de su señor y sus compañeros, es decir la pérdida del «comitatus«, vaga solo. En cierto sentido, es como asistir a la historia posterior a Beowulf.
«Ubi sunt?» o «¿dónde están?» es el tema de inspiración latina detrás de este sentimiento. A pesar de sus tintes cristianos y de esta inspiración mencionada, la ambientación es anglosajona pura. Tolkien basó en ella Rohan y podemos encontrar en las Dos Torres un poema de Aragorn (en la película adaptado a Théoden) que sigue el mismo principio:

The Wanderer está comprendido por dos voces poéticas. Una corresponde al guerrero y la otra interviene para explicar sus circunstancias. Pese a ello y a pesar ser una obra tan intimista hace apología de la parquedad de palabras. Se busca con ello una posición de contraste entre la plenitud verbal del juramento de comitatus y el vacío actual. En la obra de Tolkien y en sus seguidores observamos mucho este patrón ideológico. Mucha descripción y pocos diálogos y un relieve especial en los fenómenos alrededor para explicar la vida interior de los personajes.

Volviendo al paso del tiempo en The Wanderer, al menos su transcripción que es eclesiástica como dijimos, centra su mensaje en que al final todo lo que nos queda es dios. Pierde a «su señor» y encuentra a «su Señor». Para este poema la senectud es un tipo de exilio que nos llegará a todos. De nuevo en «El Señor de los Anillos» encontramos esta temática en dos humanos de avanzada edad: el ya mencionado Theoden de Rohan y Denethor de Gondor. Ambos realizan mentalmente un viaje mental similar al del protagonista de esta historia. Aunque solo uno de ellos es capaz de volver de él victorioso.
También encontramos referencias al mar, que es visto como algo oscuro y siniestro. Es un lugar vacío, lleno de soledad y frío. Por el contrario en Beowulf el carácter es mucho más marítimo. En la obra de Tolkien encontramos una mezcla de estas dos visiones. En el Silmarillion es un elemento de exilio y separación. En El Señor de los Anillos es un regreso a casa.
El Comitatus deja aquí más claro que en Beowulf que se trata de una relación familiar. Los guerreros son los hermanos y el señor es el padre de todos ellos. Es un vínculo tan fuerte como el de la sangre. En la ya mencionadísima Rohan el hijo de Théoden, Théodred, es asesinado. Pero Théoden no se queda sin hijo pues Éomer, su sobrino, se convierte en su heredero no solo por el vínculo sanguíneo. Son sus hazañas y valor lo que terminan encumbrándole y recuperando la hermandad de Rohirrim.

«El hombre que vaga» es explorado desde el cinismo por el «grimdark». Obras como Sólo el Acero de Richard Morgan tratan el destino de los soldados cuando, en apariencia, ya no queda nada por lo que luchar. Dentro de la narrativa de Joe Abercrombie en Tierras Rojas seguimos una historia similar de la que no puedo dar muchos detalles porque es un spoiler. Tiene mucho que ver con su ambientación en las historias del Oeste americano, pero el principio de exilio que nos narra The Wanderer es el mismo.
A un nivel más general casi todas las obras de fantasía siguiendo el camino clásico llegan al momento del héroe «que vaga» después de una ruptura de su compañía y por lo tanto del comitatus. Desde Frodo, pasando por Rand Al’Thor hasta Alina Starkov el género fantástico ha explorado este tópico de manera constante. En lo personal es uno de los que menos me gustan. El típico personaje deprimido que recorre largas distancias pensando que nunca podrá arreglar las cosas con su grupo me cansa. No obstante es, sin duda, una de las bases de todo el género épico.
En resumen The Wanderer pese a no ser una obra de género ha aportado varios pilares de la fantasía épica.
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